Blogia
Travelling. Blog de cine.

Con nombre propio.

Christopher Nolan: un prestidigitador en el cine.

Christopher Nolan: un prestidigitador en el cine.

Christopher Nolan es uno de los realizadores más personales y en forma de los que andan a sus anchas en el séptimo arte. Lleva más veinte años en la profesión, con nueve títulos a sus espaldas; películas tan interesantes como Origen, Memento o la nueva versión de Batman. Todas ellas con algunos puntos en común que forman parte de uno de los estilo más coherentes, e igualmente heterogéneo, del cine de la última hornada. Pero es un director con un apego sin medias tintas, o le odias o le adoras. ¿Estamos ante un nuevo Kubrick o incluso un  Orson Welles?

Si el cine es puro espectáculo de ilusionismo (al nacer de la ilusión óptica de creer que las imágenes realmente se mueven), Christopher Nolan sería uno de los mayores prestidigitadores. Su cine estaría definido según las palabras del personaje de Cutter (Michael Caine) al comienzo de El truco final (El prestigio), explicando los tres pasos que debía seguir todo ilusionista ante un truco: mostrar al público un objeto convencional, hacerle partícipe de algo extraordinario y encontrar a un espectador que se dejara engañar con eso ese hecho increíble. Sus películas suelen ser tan grandiosas que sus últimos trabajos son un espectáculo visual de principio a fin, acompañado de música y ruido que alcanzan las tres horas de duración. 

                          

“La identidad fracturada”.

De hecho, en su cine nada es lo que parece; lo vemos en su forma “fracturada” de presentar a sus personajes. En películas como Following, Memento, El caballero oscuro u Origen, se cuenta la vida fragmentada de sus personajes a través de la búsqueda de la identidad y de su responsabilidad vital. En su ópera primera, un escritor llamado Bill (Jeremy Theobald) confesaba: “Lo siguiente que voy a contar es mi historia”, intentando construir su identidad,  confundido acerca de quién es y que es.

Pero mucho más interesante resulta su siguiente película, Memento, una representación fílmica de la identidad fracturada en un sentido narrativo.

-No puedo generar recuerdos nuevos, es como si acabaras de despertarte.

La particularidad del personaje de Guy Pearce (Leonard) es que no puede recordar el pasado inmediato y vive constantemente en el presente, por un motivo fisiológico. A causa de una lesión cerebral sufre un tipo de amnesia, conocida como “anterógrada” por la cual no recuerda acontecimientos nuevos dentro de la memoria a largo plazo. La solución serían las polaroids, las múltiples notas y sus tatuajes.

                             

                   

Este compromiso constante de Nolan por la identidad fracturada ofrece un rasgo distintivo de la personalidad de sus personajes pero también de su fragilidad, las costuras, siempre trágicas o fatalistas: En Following, Bill repite el relato de su identidad de mil formas distintas y a personas tan diferentes que ya no tiene una identidad estable en la que confiar, sobre todo cuando su “alter ego” (Cobb) usurpa la de Bill. He aquí donde encontramos otra característica propia de su cine, el choque entre una pareja antagónica, la imagen del Yo convertida en el Otro, incluso entendida como la cara y la careta.

En Insomnio, Will Domer (Al Pacino) es un policía recién llegado a Alaska para resolver un crimen enfrentado al escritor Walter Finch (Robin William), su alter ego con quien comparte un secreto inconfesable: ambos son culpables de asesinato. Sin embargo, su mayor plasmación de la figura del doble, del Doppleganger se desarrollará en El truco final, tanto en los dos hermanos gemelos como en el truco del “Hombre Transportado”, a través de la máquina de Tesla, que le surtirá de una colección de Dopplegangers.

Esa identidad fracturada se repetirá en su película Origen e incluso en la versión de Batman, al confundirse la persona (Bruce Weinn) y el personaje (el justiciero Batman).

-¿Qué me ofrece?

-El camino del que odia al mal y desea servir a la auténtica justicia.

                   


Batman representa la esencia de los personajes de Nolan.  En realidad, en su origen representa un superhéroe anómalo, no es alguien que adquiere superpoderes (Superman, por ejemplo) todas sus habilidades han sido adquiridas tras mucho esfuerzo y un duro entrenamiento, motivado por la sed de vengada. Y la fortuna de Bruce Weinn nace de su brillantez en el mundo empresarial. Es en definitiva, la quintaesencia del superhéroe, el superhombre de Nietzche, enfundado en látex negro, pero lleno de tragedias emocionales (rasgo propio en los personajes de Nolan, para dar empatía con el espectador).

-Qué importa cómo me llame, se nos conoce por nuestros actos.

En esa ruptura de la identidad que acomete Nolan en sus películas, destaca cómo rompe los pilares sólidos que convencionalmente forjan nuestra identidad. Nos referimos a la familia, el trabajo, la ciencia, etc. Estos aspectos suelen aparecer en sus filmes para imprimir un aire de tragedia a las historias extraordinarias que viven los personajes. De ahí que ellos estén alejados del mundo expulsados (o autoexpulsados) de él. En Insomnio, el escenario es Nightmute, una pequeña ciudad de Alaska, habitada por “aquellos que llegan huyendo de algo”, en el Truco Final es significativa la presencia de Nikola Tesla que viven fuera de los márgenes de la sociedad, donde desarrolla sus avances tecnológicos, en Origen, el personaje de Leonardo DiCaprio busca en los sueños una realidad casi más real que su propia vida, sobre todo cuando debe hacer frente a los fantasmagóricos recuerdos fragmentados de su mujer. Y todos conocemos la historia de Batman, ese joven que decide crear un imperio a su alrededor y un personaje justiciero –al margen del mundo- con el fin de llevar a cabo su venganza.

Richard Attemborought: In memoriam.

Richard Attemborought: In memoriam.

Homenajeamos a uno de los nombres de mayor prestigio del cine británico, el inglés Richard Attemborough fue un gran actor, productor y director, fallecido este agosto de 2014. Su padre, Frederick Attenborough dirigió la University College, de Leicester, donde Richard y sus dos hermanos se formaron; el mayor, David fue un célebre naturalista. Interpretó a personajes memorables, recordados por cinéfilos de todo el mundo, como su John Hammond (Parque Jurásico, Steven Spielberg), Lew Moran en El vuelo del Fénix (Robert Aldrich1965), John Reginald Christie en El estrangulador de Rillington Place (Richard Fleischer), uno de los “diez negritos”, de la adaptación de la novela de Agatha Christie, a cargo de Peter Collins, o ese Roger Bartlett, apodado en la “Gran X”, en La Gran Evasión (John Sturges), la historia de la mayor fuga militar de todos los tiempos (que yo sepa).

- La idea que centenares de efectivos tendrán que dejar el frente para quedar aquí, persiguiéndonos.

- ¿Cómo?

- Logrando que se fuguen más hombres de todos los campos de concentración que de todos los campos juntos. No van a ser dos o tres, sino doscientos o trescientos, desperdigados por Alemania.

- ¿Crees que es posible?

- Tenemos aquí quienes pueden hacerlo, los monos han puesto en este campo a todos los artistas de la evasión.

Hace poco dimos el últimos adiós a uno de sus compañeros en este fuga, James Garner y ahora hacemos lo propio con uno de esos muchos actores ingleses de su generación, que debutó en el cine tras unos inicios sobre las tablas del teatro, en un film de propaganda bélica “Sangre, sudor y lágrimas” (David Lean) antes de especializarse en un tipo de personaje que acompañaría parte de su carrera: el de asesino adulador, pero inquietante, en un contexto de drama urbano. De hecho, este rol fue el que le dio una de sus mayores alegrías con su mejor interpretación: el que cierra su filmografía como actor protagonista el psicópata de El estrangulador de Rillington Place (Rillington Place, de Richard Fleischer). En realidad, Richard Attemborough fue uno de esos actores secundarios que han dado lustre a la profesión, sobresaliendo algunos personajes muy recordados por los cinéfilos como el ya citado Roger Bartlet o el del John Hammond, cuyo anhelo por conseguir la interacción entre dinosaurios y el ser humano, despertaba su obsesión por construir el parque Jurásico, en la taquillera Jurasic Park (Steven Spielberg). Curiosamente, la película le rescataba como actor pues Attemborough no actuaba desde 1979 en Human Factor.

-¡Bienvenidos a Jurasic Park!

Como realizador, Attemborought ganó celebridad y prestigio, llegando a ser uno de los grandes veterano tras las cámaras, que alcanzaban la edad de los noventa años. Fue un director interesado por las recreaciones históricas, debutando con un musical antimilitarista “¡Oh, pero que guerra más bonita!”, para continuar con un biopic sobre Winston Churchill y el sobresaliente film bélico Un puente lejano.

-El plan es muy sencillo, llegar en avión durante 500 km a 35000 hombres y lanzarlos tras las líneas enemigas.

                     escena1_thumb                         

El veterano actor y cineasta británico Richard Attemborought nos trae un gran clásico del cine bélico de todos los tiempos, Un puente lejano (A Bridge Too Far). Refleja una de las operaciones militares más arriesgadas de la Segunda Guerra Mundial y quizás la mayor d errota aliada de todo el conflicto. Preveía enviar a 35.000 paracaidistas aerotrasportados, a 500 km de distancia desde las bases aliadas en el Reino Unido, y dejarlos caer 100 km detrás de las líneas enemigas, creado así una "alfombra de tropas aerotransportadas". La incursión fue conocida como Operación Market Garden.

-Market es el elemento aéreo y Garden, el de tierra, o sea, nosotros.

Entonces, se interesó por temas de conflictos e injusticias sociales, como el del apartheid en Sudáfrica, uno de los títulos clásicos de la temática: Grita libertad. Película centrada en una de las personalidades más importantes que defendieron la conciencia negra en Sudáfrica, Steve Biko, interpretado por Denzel Washintong. Sin embargo su película más destacada es Gandhi, sobre dMahatma Gandhi, figura central del movimiento de independencia indio y defensor de la no violencia.

Nos ha dejado Attemborough, quién nos ha dejado recuerdos memorables; ahora ocupa el Olimpo del cine junto a los otros grandes que ya nos ha dejado aunque nunca olvidaremos sus películas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                        

                   

 

Richard Attenborough (1923-2014) en Días de cine

 

 

 

El cine sonoro de John Ford en cuatro pasos.

El cine sonoro de John Ford en cuatro pasos.

Se cumple este año el cuarenta aniversario de la muerte de uno de los grandes cineastas, el norteamericano John Ford, director que ha estado relacionado con el western o el retrato de los desheredados de la Gran Depresión. Cineasta al que han acompañado actores como John Wayne, Henry Fonda, Mauren O´Hara o John Carradine, pero también otros más desconocidos como Harry Carey, que trabajó a las órdenes de Ford, en veinticinco películas, en sus primeras películas. Hemos querido recordar a este director con cuatro películas, poco conocidos por el gran público, lejos de su reparto habitual y del western, género que ayudó a engrandecer. 

 Se da una extraña curiosidad, el  western fue un género poco apreciado por los estudios, por lo que los directores de prestigio de la Universal se lanzaban a cualquier otro proyecto. Esto posibilitó que directores jóvenes como  Ford pudieran escogerlo como plataforma para despegar sus incipientes carreras. De este modo, John Ford comenzó en el cine mudo y cuando dirigió su primera gran película ya tenía treinta títulos a su espalda.  Dos películas poco conocidas en nuestro país, son dos excelentes ejemplos del cine sonoro de Ford, anterior a La diligencia

- Levanta la mano derecha y jura renunciar al alcohol, hermano. ¿Qué estoy viendo en tu mano? No seas un animal. Porque todos ustedes conocen la historia de Pocahontas. Y, ¿habéis oído cuando salvó la vida de John Snmith?.

- Claro.

- John Smith quería que Pocahontas le diera ese remedio.

                      

Barco a la deriva cuenta con dos de los actores más importantes de la época, Will Rogers, en su tercera colaboración con el director e Irving. C. Scott. Con un humor títpicamente fordiano, en un mundo idílico, en este caso, Roggers es un capitán de un barco del Mississippi y cuando su sobrino es acusado de asesinato debe actuar rápido para que no sea ahorcado.

- Deberías dejarme huir comio hicistes tú. Tenías razón con ese juez de la horca. Supongo que como soy mayor que tu, sabría lo que es justo y que no.

Con un guión de Dudley Johnson, Prisioneros del odio, cuenta la historia de un prisionero confederado de nombre Samuel Man amigo del asesino de Lincoln y por tanto, acusado de consparación para el asesinato y condenado a la horca, aunque la creencia en la justicia cambia esa sentencia por la cadena perpetua en una famosa cárcel situada en una isla.

- ¿Qué más pueden hacer? ¡Qué condename queda! Pueden colgarme.

- No pudieron colgarte, ¿eh? pues, por Judas, vas a desear que lo hubiesen hecho.

Mientras que el jefe de los guardias de la isla (John  Carradine) se ensaña con él, su mujer sueña verle algún día, y el planea escapar para ser apesado. Más tarde, una epidemia de fiebre amarilla que asola la prisión le convertirá en un héroe. 

- Como comandante general de la prisión militar Fort Jefferson, Florida, puedo declarar que el control reciente de la epidemia de fiebre amarilla fue el resultado director del extraordinario y desinteresado coraje, valentía y habilidad por parte del doctor Samuel A. Man.

Una de las pocas películas de Ford fuera de los escenarios del western y de sus actores fetiches, El último hurra, que con guión de su cuñado Frank S. Nagent, adaptaba la novela de Delbert O´Connor en la que nos contaba los avatares de una carrera electoral entre dos candidatos: el actual alcalde, viejo y populista, Frank Stephintong, un magnífico Spencer Tracy, y Kevin McKlovsky, representante de los nuevos tiempos y de las clases altas. El petimetre personaje de McKlovski, la sangre nueva apara la nación, quedaba en ridículo en la todavía incipiente pequeña pantalla.


- Mi opinión es excelente, sí. Los gritos son de verdad y creo que ha sido una campaña maravillosa.

Mientras que el viejo Stephintong, de origen irlandés, sobrevivía de las mil y una artimañas que organizaba tanto para llevar adelante la alcaldía de esa pequeña ciudad, como para resolver sus propios trapos sucios, cómo la vida misma.

- ¿Quieres decir que es el velatorio de Rocco, pero que en realidad es mi tío la máxima atracción?

- Exacto.

- Ya, así que yo tenía razón. Es un mitín popular, otra forma de conseguir votor.

Pero los tiempos estaban cambiando, eso lo sabía Ford, y el mundo de Stephintong se acababa de verdad. Como el de don Fabrizio en El Gatopardo, para que todo sea igual, o sea, para que todo marche a peor.

El último título que hemos querido destacar es La ruta del tabaco, uno de sus títulos más curiosos en donde la risa y la comprensión del espectador están garantizados. Basada en una obra de teatro, se fija en esas clases sociales que más le atraían, los deshereados. Podría decirse que La ruta del tacabo es la visión cómica de la Gran Depresión.

-¿Está la cena?

-¿La cena?

-Sí, he llegado a pensar que el señor no va a dar tregua a este pobre hombre. 

Mucho más que cine: Lucas Vidal compositor de éxito.

Mucho más que cine: Lucas Vidal compositor de éxito.

Lucas Vidal es uno de los jóvenes compositores instalados en Hollywood, como una de las grandes promesas, curtido en el mundo del cortometraje y el documental. Curiosamente Jaume Balagueró contó con él para la partitura de Mientras duermes, a pesar de que había trabajado con músicos tan reconocidos como Carles Cases o Roque Baños. Eso sí Vidal se desenvuelve bastante bien en el terreno del terror, con una partitura que genera tensión. De este modo, oscila entre una vertitente sinfónica con melodías al piano y sonidos muy originales que provocan angustia.

                           

 El problema de Lucas Vidal es que haciendo una música más destacada que muchos de sus colegas de Hollywood, lo cierto es que el compositor se ha dejado tentar demasiado por el sonido americano que  impera hoy. También es verdad que es lo que le piden los directores con quienes trabaja, a pesar de que está perdiendo gran parte de la música que nos fascinaba cuando trabajaba en España. Uno de los handicaps de la música de cine "made in Hollywood" es que no existe una auténtica melodia para un cierto tipo de películas.  Ruidos, música electrónica, sintetizadores o efectos electrónicos que sustituyen a lo que entendemos por música pura. El genial Vangelis imprimió un sello musical tan característicos que muchos cineastas buscan su estilo para aquellos films de ambientación futurista. En este campo encontramos la película La luz fría del día, cuya partitura se debe al compositor español. Podrían destacar el piano de "Back to boat" y el tema final, llena de ritmo que aparece titulado "Spain".

                                                Lucas Vidal

                                 

Lucas Vidal es también el responsable del soundtrack de The raven (El enigma del cuervo). James McTeigue confió en el compositor sin nisiquera conocerle, simplemente había leído que el español había trabajado a las órdenes de directores oscarizados. De hecho, el sello de Poe no aparece en ningún momento, uniéndose a otras producciones americanas que han buscado una película de época pero sin recurrir a la música de época. Piano y cuerdas, combinadas con sintetizadores y sonidos electrónicos.

 Su último trabajo, que ha quedado fuera de la terna de nominados a los Goyas 2013, es el de la película Invasor (Daniel Calpasoro), que lo hace con la ayuda de la Orquesta Sinfónica de Galicia y del renocido ingeniero musical Steve Kempster.

                               

 

Te puede interesar:

Intruders y Mientras duermes: Sitges 2011.

El enigma del cuervo.

Invasor: Calpasoro vuelve a la guerra con conciencia.

 

 

 

Conociendo a Vincent Gallo: un outlander del séptimo arte.

Conociendo a Vincent Gallo: un outlander del séptimo arte.

Actor, director y músico, el norteamericano Vincent Gallo cuenta con una vida y una carrera cinematográfica que no tienen desperdicio. Destaca The Brown Bunny, presentada en el Festival de Cannes. Pero su segundo largometraje de Gallo fue considerado por muchos como la peor película jamás proyectada en el festival francés, mientras que para otros este calificativo tan sólo escondía la airada respuesta de una moral obtusa y retrógrada que no soportó la felatio sin truco que la actriz Chöle Sevigny (secundaria en la genial Zodiac) hacía a Vicent Gallo, coronando así la película. Como Tarantino o Michael Moore, Vincent fue recibido con una fuerte polémica en torno al Festival de Cannes. Es cierto que el actor y director Gallo es un ególatra, por eso Cannes debía ser su hábitat natural; es más, Vicent Gallo es el ególatra más sincero de los que han pasado no sólo por el celuloide sino por un Festival de cine, en los últimos años.  Por eso, The Brown Bunny se puede considerar como un autorretrato, un ejercicio propio lleno de onanismo, tan bello como sincero, tan libre como denostado por aquellos que no ven el cine más allá de Clint Eastwood, como hacía quince años ocurría con Ciundadano Kane de Orson Welles. The Brown Bunny es un retrato, con paisaje al fondo, de un hombre destrozado por la culpa y el recuerdo, una búsqueda existencial en forma de huída a ninguna parte.

De este modo, se ha creado su leyenda de director maldito, que vio su estreno tan sólo en las salas X en Estados Unidos, y su DVD sólo fue editado en Japón y Norteamérica. Así que los que quisieran ver la película, no deben perder el tiempo buscándola en Videoclubs y centros comerciales, sino ir directamente a Internet, a su página webb. Así, el que entre en ella encontrará, entre otras cosas, que la preciosa Honda que el propio Gallo pilotaba al comienzo de The Brown Bunny, se encuentra a la venta, al igual que su mono de cuero y otras peculiaridades, como su propio semen, por la friolera de un millón de dólares, cada inseminación. Pero si para unos es una broma, como estrategia de publicidad, para otros, es una barbaridad intolerable. Con esta guisa, Vicent Gallo se ha convertido en un ser detestable que ha conseguido tantos enemigos como Bin Landen y Bush, juntos. Pero Gallo ha creado una leyenda a su alrededor, teniendo como principal baza su propio miembro.

- ¿Qué estás mirando?

- Nada.

- Pues deja de mirarme los pantalones con cara de imbécil.

- Relájate.

- No me digas que me relaje, coño, y deja de mirarme los pantalones.

- Es que es enorme.

- ¿Qué has dicho? ¿Qué me has dicho, maricón? ¡Fuera del lavabo, sal del puto lavabo!

El falo de Vincent es el fundamento principal de su leyenda y las especulaciones que se estaban haciendo sobre su tamaño fueron alentadas por él mismo en su primer largometraje como director, Buffalo 66, aunque fue en The Brown Bunny en donde lo presentó como un valor indie de la virilidad. Pretendió llegar al sexo explícito como un aspecto artístico, más próximo a Andy Wharhol, en Blow Job, que a Garganta Profunda, clásico del cine porno de los setenta en donde se tenía como tema central una felación. Pero en la película de Gallo, se separan los límites del cine de autor y de la pornografía, y sobre todo saca partido de su miembro, mejor incluso que el porno-star español Nacho Vidal, incluyéndolo en sus películas de ¿manera inteligente?.

- ¿No puedes quedarte aquí dentro sólo y masturbarte, una y otra vez, hasta morir deshidratado?

- Yo no quiero masturbarme.

- Y cuando llegue la misión de rescate encontrar así: ¡Ahh! E incluso pueden que te erijan una estatua de la erección, en ese mismo lugar. ¡Ahhh!

Cuenta la leyenda que en pleno rodaje de Stranted, desquiciante opera prima de Luna, María Lidón, el autor demostró su hombría a diestro y siniestro, regalando su virilidad a cata y aprueba como si de un vendedor ambulante de nabos y lechuguinos se tratase. Pero además de ser actor y director, es uno de los mayores coleccionistas de un tipo de guitarra eléctrica conocida como “ricken-baker” y músico, con un destacado último trabajo When, editado por la prestigiosa firma británica, de nombre Ward. Los orígenes musicales de Vicent Gallo se remontan a los años setenta, militando en algunas bandas importantes, coincidiendo en una de ellas con Jean Michel Bastian, e incluso compone la música de sus propias películas. Oyendo sus trabajos musicales sorprende que Gallo sea un tipo detestable. Más bien parece que mantiene la estrategia de la mofeta, es decir, ocultar sus debilidades atacando, o expresar lo que piensan sin calcular la repercusión de sus palabras o actos.

                       buffalo66

En su opera prima, Buffalo 66, participaba como protagonista la actriz que había pasado de niña gótica a ninfómana redomada, Christina Ricci. La película es un regreso seudo-autobiográfico al hogar, con una gran sinceridad que levantó ampollas en la ultra-mitificada imagen de la familia norteamericana, pero es también el retrato de un fracasado neurótico y depresivo, de un hombre que no es capaz de recuperarse de sus traumas, lo cual enlaza con su The Brown Bunny y la sensibilidad dolida de su personaje principal, interpretado por el propio Gallo. En ambas películas encontramos otro de los elementos que el mismo fomentó dentro de su leyenda: el mismo. Las cintas se llenan de momentos en lo que Gallo fomentó su egolatría con primeros planos de rostro que fue bien explotada en el celuloide, en la que posa como un modelo profesional, quizás recordando aquellos días en los que trabajaba para H&M. Pero Vincent Gallo también habría intentado otras facetas, como fotógrafo, pintor e incluso motorista o bailarín de brake dance. Aunque su faceta más conocida sea la de actor, pasando de series televisivas de los setenta a cameos, pequeñas apariciones en algunas grandes películas, como Uno de los nuestros, de Martín Scorsese, hasta que dio el paso a la gran pantalla con otro cineasta con vocación de músico, Emir Custurica, quien en su filme Arizona Dream le reservó uno de los papeles principales, aunque parece que siempre repitiendo el mismo esquema de personaje.

- Podemos hacer el amor, pero no me toques la cara y el pelo.

- ¿Qué? ¿Todos los actores sois así?

Pronto llegaría a Hollywood, participando en la interesante película La casa de los espíritus, con un pequeño papel que sin embargo le ofreció la oportunidad para que Abel Ferrara, uno de los especialistas del cine de terror y fantástico, se interesara por él para uno de sus mejores trabajos, El Funeral. Aunque no supo mantenerse en la liza y con la misma facilidad, quedó relegado como actor de segunda fila, lo que le forzaba a elegir papeles de secundario o de protagonista en películas independientes, de bajos presupuestos y bastante mediocres. Uno de los personajes que debía interpretar con más asiduidad era el de atracador de medio pelo, rodeado en una pandilla de inútiles, como por ejemplo en Últimas consecuencias, de Kiefer Shutherland.

- ¿Tenéis suelto para el parquímetro?

- No.

- ¿Y los veinticinco centavos que tenías?

- De eso nada, esa moneda es especial.

- ¿Qué tiene de especial?

- No lo entenderías.

- ¿Qué quieres decir, que mi inteligencia no da para tanto?

Aborrecido en los Estados Unidos, pero convertido en un actor de culto en el Viejo continente y el país del Sol Naciente, sobre todo por Buffalo 66, ahora multiplica sus colaboraciones con realizadores europeos, entre los que destaca Claire Dennis, en la película Trouble Every day. Y todo lo contrario de esta colaboración o con la de Kaurismaki, resulta ser sus participaciones en los filmes de María Lidón, cuyos trabajos –como el de Stranded o Moscow Zero- son al cine lo que serían unos pepitos de ternera a la alta cocina.

- Me pedisteis los datos y estas son las frías ecuaciones. La nave no puede mantener a los cinco con vida durante mucho tiempo.

- ¿Cuántos podrán sobrevivir?

Que la carrera de Vincent Gallo ha tocado fondo ya se sabe. Desde aquí, tan sólo se recomendaría conocer la webb de Vincent Gallo. Quizás con el merchandaising conseguimos financiarle una nueva película, y sobre todo, aguarle la fiesta a los ortodoxos de mente estrecha y acérrimos seguidores de Clint Eastwood.

19512151.jpg-r_640_600-b_1_D6D6D6-f_jpg-q_x-xxyxx

moscowzero

Mi nombre es Bogart: Homenaje a uno de los más grandes actores del cine.

Mi nombre es Bogart: Homenaje a uno de los más grandes actores del cine.

Casablanca fue considerada en su época de serie B y de hecho, está plagada de errores técnicos (nunca se respeta la posición de las manos en los cambios de plano, ni el tamaño de las sombras); fisuras en el guión, con algunas situaciones incomprensibles (la llegada del jefe nazi, sin que nadie le acompañe, en la última escena, sabiendo que le podían matar). Fallos de diversa naturaleza (por ejemplo, que tras un aguacero, Rick entre en el café con la gabardina totalmente seca) y llena de excesos, con diálogos lapidarios y poco creíbles: "¿Son cañones o los latidos de mi corazón?". La mitificación de Casablanca no se debe tanto a sus cualidades cinematográficos sino por el hecho de ser todo un icono. Una huella apoyada sobre el fenómeno Bogart.

De todos los momentos de la película, quizás sea su final el más mitificado e imitado tantas otras veces.

- Lui, esto parece ser el origen de una gran amistad.

                       

Pero de sus grandes personajes quisiera destacar sus colaboraciones con John Huston, interpretando al héroe cínico y fatalista. El cineasta supo sacar de sus adaptaciones literarias, el espíritu del derrotado. Sus personajes están a la deriva, sin comprensión, y sus vidas parecen apocadas al fracaso casi desde el comienzo.

 El ambiente de fatalidad en que se mueven sus historias tiene un punto en común, la ambición. Es el deseo, siempre frustrado, por la búsqueda de dinero, alguna joya, venganza o un legendario tesoro en forma de halcón, “del material del que están hechos los sueños”.  

- Tendrá suerte si te echan cadena perpetua, eso significaría para toda la vida. Te estaré esperando. Si te ahorcan, te recordaré siempre. 

                                

Ese ambiente de fatalidad de estos personajes ya estaban presentes en sus trabajos como guionista, anticipo de su gran Sam Spade cómo ese héroe romántico y fatalista. Sirva como ejemplo, esa obra maestra a cargo de Raoul Walsh que fue El último refugio, con un Humphrey Bogart anterior a El Halcón maltés. Pero su estilo lo definió, como nadie, en sus películas como director: El tesoro de Sierra Madre

- Vaya broma nos ha gastado Dios, la naturaleza, el destino o como quiera llamarlo.

Otro de los grandes personajes de Bogart, a los órdenes de John Huston, fue el de Charles Alnutt, el canadiense que transportaba mercancías en su viejo barco llamado The African Queen. Una interpretación por la que el actor ganó su único Oscar, para una película llena de curiosidades que luego plasmaría en imágenes, de forma apócrifa, Clint Eastwood en Cazador blanco, corazón negro. 

                          

La búsqueda del mal y la infancia, representaciones del miedo en Jaume Balagueró.

La búsqueda del mal y la infancia, representaciones del miedo en Jaume Balagueró.

El cuerpo mutilado de una niña de seis años, identificada con Ángela, es el inicio de una de las películas españolas del cine de horror más interesantes de los últimos y nuestro  punto  de arranque del reportaje. 

 -Ven a buscarme, mamá.

 Normal, que cuando reciba una llamada telefónica de alguien que afirma ser su hija, ponga su mundo patas por hombro. Ayudada por un periodista experto en temas de ocultismo, la madre busca desesperadamente la aterradora verdad que ha permanecido oculta hasta el momento: un grupo de gente que se esconde, que rechaza su propio nombre, que conoce la ciencia empírica del mal, casas abandonadas y aisladas que esconden secretos: una trampa de una maldad abominable.

                        Con Balagueró

El mal ha sido una de las obsesiones temáticas del director. Ya aparecía en Los sin nombres, en su sorprendente debut: “Se puede aislar el mal científicamente, despojarlo de todos sus prejuicios, destruir la cáscara de humanidad que lo pervierte”. Hay un detalle, en este inserto de un diálogo, que volverá a aparecer en otros films del cineasta catalán; en [Rec] (codirigida con Paco Plaza).

 -He conseguido aislar la enzima, el problema es su inestabilidad. El contacto con el oxígeno lo deteriora rápidamente. 

 O en el personaje interpretado por Giancarlo Gianini en Darkness.

 -Estamos casi listos.

-¿De qué estás hablando?

-De la auténtica oscuridad, del mal en su estado más perfecto.

Otra forma de presentar el "mal"la desarrolló Balagueró en "Mientras duermes". Se aleja del ritmo y los movimientos de cámara acelerados de [Rec] para contarnos una historia que puede pasarnos a cualquiera de nosotros. Y que por eso mismo resulta tan aterradora. Un solitario y amargado Luís Tosar (César) es un conserje en un inmueble de Barcelona,  con un ansia enfermiza de trasmitir su infelicidad a los demás, golpeándole donde más les duele.  

-¿Feliz? Ese es mi problema que yo no puedo ser feliz.

El otro referente es el "niño", personaje que va cobrando protagonismo en el cine de género y sobre todo en el nuestro. El propio Balagueró expuso su punto de vista, explicándolo: "El niño tiene esa ambigüedad tan extraña entre la inocencia absoluta y la maldad absoluta porque todavía no esta contaminado ni para un extremo ni para el otro. Creo que el niño da mucho juego, inocencia y crueldad pura, es muy receptivo y de algún modo me resulta muy útil pero tampoco se muy bien porqué. Creo que es muy sano que a una persona le atraiga las historias de miedo y cuando me encuentro a una persona que no le atraen pienso que tiene problemas, que ha crecido mal".

Los fantasmas de Darkness, la hija desaparecida de Los sin nombres o la niña-fantasma que aterroriza en Frágiles.

-Quiero que todo el mundo sufra como sufrió ella, por eso rompe cosas. Es la rabia y ahora está volviendo a pasar.

E incluso el personaje de Úrsula, interpretada por Iris Almeida en Mientras duermes, está relacionada con los niños perversos recurrentes en la filmografía de Jaume Balagueró. Una cría que pone en peligro el plan de César.

La crítica ha querido bautizar como “el efecto Balagueró” la forma de representar el "mal" en pantalla. Un efecto utilizado en momentos “siniestros” con los que logra recrear una atmósfera  desasosegante. El propio Balagueró señaló en una entrevista que era "un simple experimento con el operador, no tiene que ver con algún efecto especial, todo es cámara y montaje. Como está pasando en el cine americano actual, no transmite ningún concepto, sólo imágenes. Esas pelis de acción en las que te preguntas: ¿Qué ha pasado?". 

                          fragiles

                                        mientras-duermes-sleep-tight-ha-sido-adquirid-L-vJWMm2

                      El-Expolicía-y-la-madre

                                 rec02 (1)

 

También te puede interesar. 

[Rec] Rompiendo las normas del género de terror.

Mientras duermes (2011)

John Coffee: el personaje más recordado de Clarke Duncan.

John Coffee: el personaje más recordado de Clarke Duncan.

-Intenté deshacer el mal, pero ya era tarde.

Clark Duncan, actor afroamericano, ha sido noticia por su fallecimiento; perdiendo el cine a una estrella más después del director Tony Scott y de los actores españoles Juan Luís Galiardo y Carlos Larrañaga. Hemos querido hacer un pequeño homenaje, recordando a uno de sus principales personajes por el que fue nominado a los Oscars y a los Globos de Oro, en su segunda participación cinematográfica.

Michael Clarke Duncan vivía como guardaespaldas de estrellas de Hollywood, mientras buscaba hacerse un hueco entre la televisión y la publicidad. Su primera aparición importante fue en Armagedon (Michael Bay), donde contó con la amistad de Bruce Willis, actor que le ayudaría para su siguiente papel, el personaje con el que fue más recordado: John Coffey. "John Coffey, como el café, pero se escribe diferente",  es uno de las principales bazas de La milla verde, todo un drama carcelario, a cargo de Frank Darabont, con un toque fantástico y sobrenatural. Jonh Coffey representa al hombre negro que tras una vida de cruel discriminación, destacaba por poseer un prodigioso don.

Si quiere conocer una crítica de la película de Frank Darabont, escuche este archivo de audio, procedente de "Secretos del rodaje", programa de Radio 5 (RNE).

                                                        

Coffey es un enorme preso negro acusado de asesinar brutalmente a dos hermanas y sentenciado, por ello, "a cabalgar sobre el rayo" en La Vieja Chispas, la silla eléctrica del penal de Cold Mountain, en el estado de Luisiana, durante los años treinta.  Todo parecería normal si no fuese porque su personaje muestra una personalidad algo extraña: un enorme tamaño, a pesar de mostrar el carácter de un niño pequeño, que teme a la oscuridad y que cumple su único deseo de ver una película. 

- Las mató con el amor que ellas se tenían. Y eso sucede cada día. Y sucede por todo el mundo.

Cercano al estereotipo del "gigantón ingenuo", se trata de un personaje presente en la obra de Stephen King. El escritor lo suele incorporar en sus historias, con el ejemplo de Tom Cullen, "The Stand", interpretado por Bill Fagerbakke, en la versión para la televisión de Mick Garris. Sin embargo, la capacidad milagrera del personaje lo lleva a asemejar con la mesianidad y espiritualidad, propia de Jesucristo, tema recurrente en el cine fantástico (desde Matrix a Superman) y en la obra de Stephen King. Se trata de la pasión y muerte de un hombre inocente, con bondad y una capacidad sobrenatural, pero que también sufre por el mal del mundo, absorbiendo la maldad. 

- Tengo ganas de que acabe todo esto de verdad, estoy cansado jefe, cansado de recorrer el mundo solo como un gorrión bajo la lluvia, cansado de no tener un amigo con quien estar, que me diga donde vamos, con quien venimos y por qué. Cansado de las personas que son feas con las otras, estoy cansado del dolor que siento yo y oigo por el mundo cada día, hay demasiado dolor, son como trozos de cristal por mi cabeza, que no puedo quitarme, ¿Puedes entenderlo? 

                              John Coffee

                 La milla verde John Coffee

        La milla verde