Entre Vogler y Vergerus: la dualidad en el cine de Bergman.
Ingmar Bergman nació un 14 de julio de 1918, en una jornada estival, lejos de los veranos de Mónica. Cien años de un cineasta con una vida y una carrera marcadas por la dualidad, un cine que comenzó a fraguarse cuando la Segunda Guerra Mundial daba sus últimas bocanadas. Y si su juventud se vio influida por su padre, un estricto pastor luterano, su trabajo, por August Strindberg. De ahí que la relación que mantienen los Vergerus y los Voglers sea uno de sus ejes, unido a la “lucha de cerebros” del célebre dramaturgo sueco. Es fácil encontrarnos con dos mujeres que mantienen unos lazos en común así como unos caracteres completamente opuestos: las dos hermanas de “El silencio”, la enfermera y su paciente en “Persona” o las hermanas de “Gritos y susurros”.
No todos los bergmanianos dan importancia a la repetición de los nombres de sus personajes, pero cada vez que descubro un apellido Vogler y Vergerus es como si conociese un nuevo miembro de la familia. Lo cierto es que se da una curiosa relación entre el propio Bergman y los personajes de sus películas. “En Bergman” –escribió Jacques Amont- “los nombres de sus personajes cumplen la misma función que las imágenes en Fellini o los nombres de lugares en Proust”. El nombre de Henrik, por ejemplo, recuerda al de Erik de su padre, como también está influido por su entorno familiar: El Henrik Egerman de “Sonrisas de una noche de verano” es un joven que se prepara para entrar en el clero, al igual que su padre. Otros, sin embargo, se han interpretado con un sentido alegórico, como el de la enfermera Alma en “Persona”, un símbolo de la psique o de la condición humana.
El nombre Vogler, que resulta inusual en las comunidades germanas, deriva de la palabra alemana “pájaro” (Vogel) y al miedo que el propio cineasta sentía hacia las aves. En uno de sus libros de memorias “La linterna mágica” se cita a una profesora de piano de una de sus esposas, llamada Vogler. Vogler representaría el alter ego del propio Bergman, un cómico o ilusionista, próximo a la libertad y al mundo del teatro. Allí estarían Albert Emmanuel Vogler, de "El Rostro", o Elisabeth Vogler, de "Persona".
Frente a estos, estarían los Vergerus, el hombre de la razón, la intolerancia, la ciencia o la maldad, que muchos especialistas han querido reconocer en un trasunto de Harry Schein, un crítico odiado por Bergman. De una forma amplia, los Vergerus representarían la arrogancia de la civilización que niega los impulsos primitivos que habría suprimido la humanidad.
Todos estos personajes comparten, igualmente, un detalle: unas gafitas sin montura o pequeños anteojos, que resultan ser signo de maldad y sufrimiento masculinos en los personajes de Bergman. Quizás, en apariencia, la excepción sería el Elis Vergerus (Earl Josephson) de “Pasión de Ana”, un arquitecto con la afición de coleccionar, con precisión científica, fotografías de todo tipo de personas.
Este contraste lo encontramos, también, en los espacios a los que se vinculan estos personajes de apellidos Vergerus. Podrían servir como ejemplos, “El huevo de la serpiente” y “Fanny y Alexander”: entre la casa de los Ekhald, tierna y luminosa, y el mundo austero de la casa del obispo, un hombre con una misión fanática. Pasamos del oropel y el calor del mobiliario o del festín navideño a los colores fríos y desabridos de paredes enrejadas. Otro contraste lo encontramos en la película: “El huevo de la serpiente”. Una parte de la historia se sucede en un cabaret, un lugar de paredes desconchadas, con unos exteriores rodeados de escombros, basuras y de la humedad de la persistente lluvia. Frente a estos, se sitúa el laboratorio donde el doctor Vergerus realiza sus experimentos con seres humanos. El brillante blanco lo domina todo. Un blanco que representa la asepsia y la frialdad de la razón.
-Cualquiera puede ver el futuro, es como un huevo de serpiente. A través de la fina membrana se puede distinguir un reptil ya formado.
Los nombres quizás no signifiquen nada: establecer la vinculación con el espectador, como los rostros familiares de los actores que Bergman utilizó una y otra vez. Pero se podría comparar los personajes que comparten los mismos nombres, en distintas películas; relacionarlos con los actores que los interpretan y establecer sus apariencias, sus gestos. Puede sacar sus propias conclusiones sobre el significado de los nombres.
Max von Sydow (Albert Emanuel Vogler en "El rostro")
Ingrid Thulin (Manda Vogler en "El rostro")
Gunnar Björnstrand (Dr. Vergerus en "El rostro")
Gunnar Björnstrand (Sr. Vogler en "Persona")
Liv Ullmann (Elisabeth Vogler, la actriz, en "Persona")
Ingrid Thulin (Veronica Vogler en "La Hora del Lobo")
Erland Josephson (Elis Vergerus en "La Pasión de Ana")
Bibi Andersson (Eva Vergerus en "La Pasión de Ana")
Max von Sydow (Andreas Vergerus en "La Hora del Amor")
Bibi Andersson (Karin Vergerus en "La Hora del Amor")
Heinz Bennent (Dr. Hans Vergerus en "El Huevo de la Serpiente")
Jan Malmsjö (el obispo Edvard Vergerus de "Fanny y Alexander")
Kerstin Tidelius (Henrietta Vergerus en "Fanny y Alexander")
Erland Josephson (Henrik Vogler en "Después del ensayo")
Erland Josephson (Osvald Vogler en "In The Presence of a Clown" - TV)
Gunnel Fred (Emma Vogler en "In The Presence of a Clown" - TV)
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