Garbo, el espía.
- El MI5 desarrolló un plan muy organizado para suministrar a Garbo, las más de 3000 libras que en última instancia acabaron pagando los Servicios Secretos alemanes.
El género documental español sigue pisando fuerte, en esta ocasión, con una película dirigida por Edmond Roch, aunque en el guión encontramos a todo un veterano del género como es Isaki Lakuesta. El filme cuenta la vida de Juan Puyol, un agente doble conocido como Garbo y cuyo éxito fue el de hacer creer a los alemanes que el Desembarco de Normandía tendría lugar en el Estrecho de Calais; “viendo grandes concentraciones en el sudoeste y este de Inglaterra”. Este sería el responsable de aquel logro, a través de la famosa clave “Enigma” trabajando como un agente doble, que los nazis creían estar a su servicio, cuando en realidad trabajaba para hacer creer una gran mentira. Pero, ¿quién fue ese individuo que respondía al nombre de Alair, entre los alemanes, y el de Garbo, entre los aliados? Personaje que fue finalmente localizado en Venezuela, después de haberse dado por muerto, en Angola.
En la película se maneja una serie de materiales muy diversos para este homenaje, catalán para más señas. Y la verdad es que, a parte de dos fotos de carnet – una de los nazis y otra de los ingleses – no existe casi ningún rastro de él. Eso sí, existen decenas de personas que afirman haberle conocido, e incluso algunos de ellos apuntaban en la película anécdotas curiosas. Una de ellas, sería la del nombre de Garbo. “Ese nombre se lo pusimos en el trayecto del campo de aviación, en el que aterrizó, al sur de Inglaterra, a Londres. Pasamos por una carretera en la que había anuncios de la actuación de un tal Bowling. Le pusimos Bobling, pero después cuando descubrieron la capacidad inventiva le llamaron Garbo”.
Juan Puyol, barcelonés de nacimiento, era un conserje de hotel y gerente de una granja de pollos, que montó una compleja estructura de espionaje… falsa, desde su estudio de Lisboa. Se convertiría, así, en el modelo de hombre que se reinventaba así mismo y vendía una vida que hoy en día falta saber si es cierta.
Al interés intrínseco del personaje, Edmond Roch añade un estilo narrativo original, ante la escasez de material de archivo. Se opta por introducir escenas de películas, así como diversas imágenes de la época. También es hábil al mantener el anonimato de los personajes hasta el ecuador del metraje y el reservarnos hasta el final el encuentro con el auténtico Garbo.
En una de las referencias cinematográficas más curiosas que aparecen en la cinta, encontramos a uno de los papeles menos conocidos de Peter Lorre. El actor austriaco entró casi de puntillas en Hollywood, gracias a una serie de films en los que encarnaba a un detective japonés, llamado Mr. Moto. La referencia sería de La última alarma de Mr. Moto (Norman Foster).
- Invadiremos Polonia y mañana veremos el nacimiento de un nuevo orden, seremos el Imperio Alemán del mundo.
- Esta noche darán el primer paso por un camino muy oscuro que no tiene retorno.
Mucho más realista con el propio modelo de Garbo, fue el del personaje de Alec Guinness en un clásico del cine de espionaje de Carol Reed: Nuestro hombre en la Habana.
- El otro día me ofrecieron mucho dinero a cambio de información.
- ¿Qué clase de información?
- Secreta, naturalmente.
- Puede usted considerarse afortunado.
Ambientada en la Cuba de Batista, se basaba en la novela de Graham Greene, en donde destacaba la figura de un espía que se inventaba sus informes. En esta selección también podemos citar la versión de Mata Hari, en la que la actriz Greta Garbo se metía en la piel de una espía, ejecutada por los franceses durante la Primera Guerra Mundial.
Se trata de un sugerente enfoque de la Historia, metiendo a un mentiroso compulsivo en medio de una serie de ficciones, referentes estudiados al milímetros colocados para que el argumento sea más interesante. De este modo, el director convierte a Garbo en uno de los espías más cinéfilos de todos los tiempos.
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