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Premios y festivales de cine.

Oscars 2015: Candidaturas a Mejores actrices y actores de reparto.

Oscars 2015: Candidaturas a Mejores actrices y actores de reparto.

Mery Streep opta a su cuarta estatuilla en esta gala de 2015, por su papel en Into the Woods, siendo la actriz más nominada a los Oscar con 19 nominaciones. En la película de Rob Marshall interpreta a la “bruja” en una cinta que entrelaza los argumentos de varios cuentos de los hermanos Grimm. Streep forma parte del selecto grupo de actores, seis en total, que cuentan con tres o más estatuillas. En la consolidación como protagonista, han proliferado sus personajes dramáticos como La decisión de Sophie, Los puentes de Madison, La dama de hierro o Memorias de África, pero también encontramos grandes papeles como actriz de reparto, a cuya candidatura opta con Into the Woods. Aquí destacamos títulos como Kramer vs. Kramer, a las órdenes de Robert Benton, o Adaptation (Phillip Kaufman).

Junto a los Oscar, se ha alzado con 8 Globos de Oro, de 29 otras nominaciones.

Meryl Streep tiene como rivales, en la carrera de los Oscar, a otras actrices que no cuentan con un currículum como el suyo.


Patricia Arquette ha llevado una filmografía, como intérprete, algo irregular, de la que seguramente destaque la película de Boyhood, cuyo personaje ya le ha ofrecía su primera nominación a los Oscar y el Globo de Oro, a la mejor actriz de reparto.

Laura Dern fue la popular Dra. Ellie Sattler, en la saga iniciada por Jurassic Park (Steven Spielberg) y esta es su segunda nominación a los Oscar, después de su personaje principal de Rambling Rose. Ahora opta a su primera estatuilla por su personaje en Alma salvaje


Emma Stone es la más joven de las candidatas a este galardón y también se trata de su primera nominación, gracias a su personaje de Sam Thomson, la hija de Riggan, interpretado por Michael Keaton, en Birdman ( Alejandro González Iñárritu).


La quinta actriz que opta al Oscar en esta categoría es Keira Knightley conocida por los papeles de Elizabeth Swann en Piratas del Caribe, contando con dos nominaciones a los premios de la Academia Orgullo y prejuicio y por su papel de Joan Clarke en The Imitation Game, la película que contaba la vida del británico Alan Turing, el científico que tuvo un importante participación en la Segunda Guerra Mundial, descriptando la máquina Enigma. Aunque su película es de las que cuentan con diversas nominaciones, no se encuentra entre las favoritas a los Oscars.


En el caso de los actores de reparto, el más veterano es Robert Duvall, quien cuenta con un Oscar por su participación en Tender Mercies (Bruce Beresford), siendo el único de los nominados -este año- con una estatuilla en su haber. Duvall es uno de esos intérpretes de reparto de lujo que han brillado en una infinidad de películas de gran prestigio, en la que destacamos su personaje de Tom Haggen en la saga de El padrino (Francis Ford Coppola), siendo sus papeles más recordados aquellos en filmes a las órdenes de este director. Podríamos destacar, también, su breve pero interesantísima intervención en Apocalipsys Now: “Me encanta el olor a napalm por la mañana, me huele a… victoria”. 


Su personaje en El juez (David Dobkin) le ha permitido optar a su segundo Oscar.

Sin embargo, en las quinielas de este año parece destacar J.K. Simmons, cuyo papel magistral en Whisplash, es uno de los más sobresalientes de su carrera.


Edward Norton interpreta a otro personaje de quitarse el sombrero, en otra de las grandes películas que nos ha dejado este 2015: Birdman. Su papel en este largometraje está a la altura de ese Derek Vinyard que brilló en American History X, su mejor interpretación hasta el momento.

De Foxcatcher encontramos otro de los candidatos, Mark Ruffalo, actor que cuenta con su segunda nominación (tras Todos los chicos están bien). Fue uno de los intérpretes presentes en la película Zodiac (David Fincher).

Para el final hemos dejado a Ethan Hawke, actor protagonista de la gran experiencia cinematográfica de 2014: Boyhood.  Nominado a los premios Óscar en cuatro ocasiones, es conocido sobre todo por su papel en Antes del amanecer y sus secuelas Antes del atardecer y Before Midnight. Se dio a conocer de joven en la película en Dead Poets Society (Peter Weir) con el personaje de Todd Anderson.

                                      

Holy Motors: un extraño viaje en limusina de un hombre con mil rostros.

Holy Motors:  un extraño viaje en limusina de un hombre con mil rostros.

La flamante ganadora del Melié de Oro, en el reciente festival de Sitges 2012, es una soberbia coproducción europea, definida perfectamente por el diálogo que indicamos a continuación.

-¿Por qué sigues en esto?

 -Por la belleza del gesto.

-Pero la belleza está en el ojo que mira.

 -¿Y si nadie mira?

Como vemos, es una película que se disfruta viendo, sobre todo con el personaje de Oscar (Dennis Lavant), un trasunto del Hombre con mayúsculas, el mejor personaje de esta temporada, que se pasa la película encerrado en una limusina dispuesto a afrontar nueve prosibles representaciones. He aquí la esencia de la película. Lo vemos en los créditos, los experimentos primitivos llevados a cabo por el francés Étienne-Jules Marey, cuando se entendía el cine junto al concepto del movimiento. En este caso, del movimiento de un cuerpo en plena transformación, referida en esta película a la transformación de la identidad. Oscar es una especie de muñeca rusa que va construyendo diferentes identidades como si se tratase de un summum de lo que consideramos como hombre, desfilando por la pantalla desde la figura del padre preocupado, del asesino a la del amante despechado, con una sensacional secuencia con Kylie Minogue, quizás lo mejor de la película.

Una propuesta diferente, con un argumento inclasificable pero genial. Empieza con un personaje que aparece en una sala de cine y continúa con otro que viaja por París en una limusina. Un personaje que comienza pareciendo un hombre de negocios, camino al trabajo, aunque en cada parada se trasmuta en otros tantos roles: una vieja pedigüeña, un asesino a sueldo o un hombre virtual, mientras que la película pasa del drama social al terror, junto al cine negro, la ciencia-ficción o incluso el musical con una secuencia que puede recordar al clásico "Los paraguas de Cherburgo".

                

Carax responde a uno de esos autores que se alejan de propuestas comerciales, que no discurren con argumentos lineales, apostando por proyectos más arriesgados y experimentales. Autores que no ganan la simpatía de un público general, lo que explica unos provocativos comentarios como los que señaló en el festival de Cannes: "No sé quien es el público y no me importan que entiendan la película". Su director, Leos Carax -enfant terrible del cine francés- llegaba a Sitges después de salir con las manos vacías de Cannes. Pero en el Festival de cine fantástico de Cataluña lograría todos los honores posibles con esta película genial, inclasificable y poliédrica. Una historia que no es fácil de describir, como tampoco despojarnos del misterio que fluye en sus imágenes.

 Seguramente la película no guste a todos ni llegue a todos los públicos, es una propuesta extraña e imaginativa, a cargo de quien firmase otra peculiar película, pero sugerente, Pola X, su anterior trabajo. Con un punto en común en todas ellas, un romanticismo un tanto peculiar en el que subyace tanto el amor como el desamor; desde Chico conoce a chica o Mala sangre a Los amante de Ponte Neuf o la propia Holy Motors. Esta película comparte algo más que un director y una temática con la llamada "Trilogía de Alex", denominada así por el personaje principal común en los tres títulos. Hablamos de Denis Lavant, el actor fetiche del cineasta francés y esos extraños personajes que ha encarnado como alter ego del propio Carax. De hecho, en Holy Motors repite personaje el "Señor Mierda" de ese trabajo llevado a tres manos que fue Tokio!. Un vagabundo que a pesar de su aspecto sucio y ruín atrae la atención de una modelo con el rostro de Eva Mendes: "La belleza está en el ojo que mira".

 Habría que citar también a la novia del director, Edith Scob, coprotagonista del film, fallecida recientemente o a la hija de ambos, quién también hace una breve aparición en la película.

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Sitges 2012: Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya, edición 45.

Sitges 2012: Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya, edición 45.

Nos gusta el festival. Quizás carezca del glamour de los grandes eventos cinematográficos -Cannes, Venecia, Berlín- y no excluya ese tono gamberro y contracultural que lo ha convertido en una cita única e ineludible para los amantes del cine fantástico.  A parte de trasmitirnos buenas sensaciones, la potentísima selección de largometrajes (más de doscientos cincuenta títulos) y la fidelidad de una audiencia, ha permitido saldarse con un notable éxito. Pero también el festival gana con la presencia de nombres de culto como Dario Argento, Don Coscarelli o Lamberto Bava, personalidades freaks como Nobura Ichibu o debutantes como Justin Dix o Brandon Cronemberg.

El festival comenzaba con un thriller (El cuerpo) que seguía la estela de El orfantato, haciendo coincidir a su protagonista (Belén Rueda) y se clausuraba con un mayor nivel, de calidad y adrenalina, Looper. Un film futurista con Gordon Lewitt y Bruce Willis como principales reclamos, cuyo argumento les recordará a la saga Terminator, aunque con una mayor profundidad dramática. En medio de este paréntesis se desborda un gran elenco de títulos que supera la definición ortodoxa del festival. El director de Sitges, lo explicaba así: "Se entiende lo fantástico de una manera amplia, no solo las películas de vampiros o monstruos. Fantástica es la película de Leo Carax (Holy Motors) o "Melancholia" de Lars von Triers, del año anterior".

                          Con Pascal Laugier

                          Con Lamberto Bava

                         Con Scott Derrinson

"Ahora que íbamos a descubrir el mundo, va y se acaba". Por eso de la fecha simbólica, Sitges`12 estaba marcado, en principio,  por la apuesta por un género que veía el fin del mundo desde su cartel. Y digo en principio, porque como sucedió en Sitges`11, el protagonismo recayó en otros temas.  El año pasado, la imagen del festival estaba dedicada a la inteligencia artificial pero las principales películas trataban sobre el Apocalipsis. 

Este año Sitges rendía un homenaje al cine de culto, un concepto que siempre está presente en todo tipo de festivales pero que no es fácil de definir. Para tal fin se presentó el libro "Neoculto" (Desirée de Fez). En la presentación, Ángel Sala, destacó la situación actual del género y unas de sus principales características, que parte del aficcionado: "la gente no va al cine pero va más películas que nunca, cualquier espectador se ha convertido en emisor y tiene sus propias pelícualas de culto".

El cine de culto lo encontramos en el festival, principalmente, en todos esos directores con una sólida trayectoria, como Dario Argento o Don Coscarelli que configuran una nómina de cineastas que exhibieron sus últimas producciones, junto a referencias de un cine ya remoto (Lamberto Bava), o Pamella Stelle, que recibió un premio honorífico (la máquina del tiempo) junto a Coscarelli. 

                           director don coscarelli

Otra forma de recuperar los clásicos fue a través de la versión  de E.T. (Steven Spielberg), celebrando por partida doble los 100 años de Universal y los 30 del estreno de la odisea del alienígena perdido en la Tierra. También se lograba esto mismo, descubriendo el universo de Tim Burton con Frankenweenie, la conmovedora historia de amistad entre un niño y su perro, realizada con la técnica de animación stop-motion (fotograma a fotograma) y en 3D. Y por último, no faltaron los remakes de películas de culto, como suele hacerse en el cine de género, como línea general. 

Entre las temáticas en esta edición de Sitges, destacaría la influencia de la actualidad. Lo primero con lo que nos encontramos es cómo los dictados de la realidad afectan al género fantástico. "Todas las crisis del siglo XX dirigen su mirada al cine fantástico", diría Ángel Sala, el director del festival, "su condición de cine popular le permite conectar con las preocupaciones de los ciudadanos. Muchas películas hablan de la crisis, definiendo el escenario actual. Looper, por ejemplo, está certificando de forma sutil el ascenso de China como nuevo potencia mundial". El cine británico se ha acercado a la convulsa realidad económica desde la perspectiva fantástica, lo que no es exclusivo de estas latitudes. La criris entraba de lleno en historias tan diferentes como Pietá (Kim ki Duk), The tall man (Pascal Lagier) o Cosmópolis (David Cronemberg) en donde Robert Pattinson interpretaba a un financiero que quedaba arruinado. Pero si tuvieramos que quedarnos con una cinematografía, en donde el tema de la crisis no sólo apareciese como telón de fondo sino como parte del proceso creativo, esta sería la argentina. En Sitges’ 12 encontramos algunas interesantes propustas argentinas, marcadas por la escasez de recurso, lo que ha permitido un aumento del ingenio y de la creatividad. Valentín Javier ("La memoria de los muertos") explicaba cómo se gestaba un proyecto en su país: "El argentino es un cine subvencionado. Cuando no lo es, está echo por un grupo de amigos o con poquísimo dinero. Las subvenciones están destinadas al cine de autor, así que todos los que estamos comenzando a dirigir tenemos una experiencia previa en el cine independiente".En una edición de Sitges marcada por la realidad más inmedita y por el Apocalisis no pueden faltar las apuestas por las grandes catástrofes naturales: el terremoto y el fenómeno del tsunmai, en películas como "Afterschock" (Nicolas López) y "The Impossible" (J. A. Bayona). Films que tienen en común desarrollar el concepto del "turismo extremo".            

                      Dario Argento Masterclass

Si la visita de grandes directores de culto siempre es estimulante, coincidir con algunos de los ídolos de la adolescencia cinéfila es toda una experiencia como aficcionado al cine de género. Pero si tuviera que quedarme con uno de los acontecimientos vividos este año en el festival sería la master class a cargo de Dario Argento. Obviaremos la presentación de la versión del mito vampírico "Drácula 3D", un flojísimo film que parece haberse rodado a desgana, y nos centraremos en su clase magistral de su gran cine de culto, acompañado por el director del festival Ángel Sala. También es una ocasión para destacar al responsable de su música, Claudio Simoneti, que acudió a la cita al festival, brindándonos un concierto con algunos de sus temas como el que preparó para la película Suspiria. “No puedes estar siempre trabajando en proyectos pequeños porque al final es tu personalidad la que se empequeñece. De las cosas pequeñas tienes que poder pasar a hacer algo grande”. 

Si quieres saber más sobre el festival, visita la webb Terrorífilo, sigue las publicaciones en la webb y en FacebooK:

Especial Sitges I: Resumen del evento. 

Especial Sitges II: Master Class con Dario Argento. 

 


Sitges 2012: Rarezas, cocktail de temáticas y Casa Asia.

Sitges 2012: Rarezas, cocktail de temáticas y Casa Asia.

El de Sitges es un festival en donde tiene cabida todo tipo de producciones siempre que cuente con algún ribete fantástico, de terror o incluso acción. Existe un cine comercial, consumido por una mayoría, con un elevado presupuesto y una gran expectación, pero también otro de low cost, eminenentemente freak que sabe sacar provecho de su condición minoriataria. Como también encontramos en el festival, propuestas de todas las latitudes y geografías ahora que el cine asiático cobra importancia, a través de la "Casa Asia".

Del cine asiático destacaría la propuesta de unas películas que, de forma independiente, han buscado rastrear en la temática de la robótica y del universo de Phillip k. Dick. Sería la coreana Doomsday book (Kim Ji-Wook y Yim Pil-Sung) y la japonesa Robo-G (Shinoby Yaguchi). También hemos descubierto que la India no es precisamente un lugar dónde llevar nuestras anodinas almas en busca de paz interior, con películas como "Gans of Wasseypypur" (Amurag Kashyap), una mastodóntica producción que podría ser "Érase una vez América", en Bombay. Una curiosidad fue "Flying sword of dragon gate" (Tsui Hark) la primera película china en utilizar la tecnología Imax 3D para una historia ambientada en la dinastía Ming.  Otros realizadores con una sólida trayectoria, como Kim Ki-Duk -flamante ganador del León de Oro de Venecia con Pietà-, Takeshi Kitano o Takashi Miike configuran otra parte de la nómina de directores que exhibieron sus últimas producciones en el Festival.

Viajes en el tiempo y Apocalipsis.

Los viajes en el tiempo recorren los argumentos de dos grandes propuestas. Una de ella es "Safety not guarented", cuyo director Colin Trevorrow comentaba el interés de los viajes temporales en su cine de género: "Los viajes a través del tiempo me obsesionan. En esta ocasión, me sirve de excusa pra hablar de los problemas que experiementan las protagonistas. Siempre he pensado en la gente que vuelve en el tiempo para resolver los errores del pasado". La película comienza con unos personajes que buscan el periódico y encuentras algo que seguramente no aparecerá en ninguna otra página de anuncios: "Busco a alguien para viajar en el tiempo conmigo. Esto no es broma. Se te pagará cuando hayamos regresado. Trae tus propias armas. La seguridad no está garantizada". La otra propuesta es la esperadísima Looper, película que clausuraba el festival,  donde Bruce Willis y Joseph Gordon-Levitt protagonizan un thriller futurista en el cual un grupo de asesinos a sueldo viajan en el tiempo. Dirigida por Rian Johnson (ganador del premio al mejor director debutante en Sitges por Brick) causó un gran impacto entre críticos y espectadores. Pero si la anterior se acercaba a la ciencia-ficción con espíritu de cine indie, en esta ocasión es todo un blockbuster que ya algunos consiederan "el fenómeno Matrix del nuevo siglo".

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Dicen que el mundo se acaba y la Zombie Walk (evento que se vivió en Sitges, aunque pasado por agua) bien podría haber sido una simulación interactiva y fesiva. Sobre todo porque en el festival hubo su buena ración de zombies. Cuando los Clash cantaban eso de "London calling to the zombies of the death", seguro que no lo decían literalmente, a pesar de que en Cockneys vs Zombies se recorren las calles londinenses a la carrera e infestada de muertos vivientes. Otros films sobre la misma temática vistos en el festival era la bizarra "Zombie Ass" de Noburo Ichigu y un curioso cortometraje rodado en 3D.

                    The abc of the death

Esta misma temática del Apocalispis podría explicar un proyecto que, en principio, podría haber resultado interesante pero que acabó convirtiendo en un demencial e irregular ejercicio de estilo. "The Abc of the death" prometía ser un interesante mosaico sobre el tema de la muerte de fondo, a través de veinteseis segmentos realizados por veinteseis directores diferentes. Cada segmento respondía a la libertad creativa de cada uno de los participantes, con la única premisa de realizar un pequeño corto con la muerte como tema relacionada con una letra del abecedario.  El objetivo era ofrecer una panorámica, bien divertida como siniestra, que sirviera de testimonio de lo que ha dado el terror en las últimas décadas. Pero en la búsqueda por la originalidad, se propusieron proyectos completamente demenciales, por supuesto, los japoneses (el fragmento de Noburo Ichigu, Fart), otros muy interesantes ("Apocalipsis", Nacho Vigalondo y "Dogfigther", Marcel Sarmientos) y algunos con temas muy de actualidad, como la obsesión por la belleza ("XXL" Xabier Gans).

También la limusina cobra protagonismo en dos destacadas películas, erigiéndose como metáforas del mundo en que vivimos (sobre todo por las diferencias de clases que nos trae el capitalismo). La primera es hermética y oscura (Cosmópolis, de David Cronemberg) y la segunda es una obra maestra (Holy motors), la interesantísima producción francesa, la gran triunfadora en el palmarés del festival.

 Cortometrajes.

Los cortometrajes son un formato que no son valorados en su justa medida, a pesar de que todos los grandes festivales cuentan con una amplia sección dedicada a ellos. Quizás se deba por el carácter minoritario, por la brevedad de su metraje o por servir de trampolín para los jóvenes recién llegados. En Sitges encontramos proyectos muy diversos, desde absurdas y cómicas, hasta muy imaginativas e ingeniosas. De destacar algunos, merecería la pena recordar a "Hotel" (José Luís Alemán, "La herencia Valdemar), rodado con muy buenos medios y una extraordinaria puesta de escena. Un hombre exhausto que caminando por el desierto, llega a un hotel. Sus fuerzas se renuevan pero sus esperanzas empezarían a flaquear cuando descubre que sus paredes son de papel.

               Proyección cortometrajes

 También estaba ambientado en un hotel, uno de los galardonados, "Zimmer 606" (Peter Volkar) un imaginativo corto con un vendedor como protagonista. Al alojarse en un extraño hotel, en el que sucedían cosas al otro lado de la pared. Pero la gran triunfadora en Sitges fue la producción alemana "Eat" (Mortizt Kramer), un impactante corto sobre la anorexia. En plena receso de una sesión fotogafíca, una famélica modelo se encierra en su camerino dispuesta a comerse un triste yogur, pero terminará echando mano de todo lo que tiene a su alcance para saciar el hambre. Sin duda, un merecidísimo premio. 

Midnigth X-Treme.

A media noche, el festival dejaba paso a la sección más demencial, "Midnigth X-Treme", todo un catálogo de rarezas, muchas de las cuales debían consumirse con el estómago vacío. De lo más interesante fue el maratón dedicado al 3D, con un film con pirañas asesinas "Piranha 3DD" (John Gulager) y rostros conocidos como el televisivo David Hasselhoff, a modo de parodia de su personaje de "Baywatch". O el llamado "Stitches" (Conor McMahon), el galardonado a la mejor película Midnigth X-Treme, con un payaso asesino como protagonista que se volverá de la muerte para vengarse de aquellos que le mataron. 

En el terreno freak, sobresale la abundante producción japonesa que debería consumirse con el estómago vacío. Un cine que demuestra cómo los occidentales no les llegamos ni a la altura del betún a la hora de mostrar bizarradas en la pantalla: con un nombre propio: Noburo Iguchi. Iguchi es un cineasta peculiar, un genio en el arte del terror bizarro, un auténtico enfant terrible de la escatología filmada. Lo suyo no es para contemplarse junto a una buena ración de palomitas, su cine responde al llamado subgénero pinku eiga, pero en su versión más demencial. Se tratan de películas cuyos ingredientes son la violencia, el sexo, el sadismo y el romance, con el objetivo complacer los más instintos más primarios. Sus dos películas presentadas en el festival son dos auténticas bombas de neutrones ("Dead Sushi" y "Zombie Ass: Toilet of the dead"), a parte de una participación en el film colectivo "The Abc of the death".

                                       Maratón Midnight X

¿Alguien habría imaginado qué sucedería si fusionaras el primer productor gastronómico del país con el terror? De esta manera surgió "Dead Sushi", un experimento cinematográfico en el cual un demente llega a fabricar un suero que permite convertir los peces crudos en unas mortíferas armas; el postre lo pone "Zombie Ass", un extraño film sobre unos muertos vivientes ocupados en una de las necesidades básicas del ser humano: defecar. 

Intruders y Mientras duermes: Sitges 2011.

Ambas películas fueron presentadas en el Festival de Sitges 2011, al que asistí como impagable corresponsal de Terrorífilo y acompañando al equipo de una de los cortometrajes nominados en la sección oficial, "La última víctima" de Ángel Gómez.

Al director de Intruders, -la primera película que vamos a comentar- Juan Carlos Fresnadillo, me lo encontré minutos antes del estreno, en el hotel Meliá de Sitges, y tuve ocasión de conocerle y comentar algo de su película: “Optamos por el híbrido genérico porque creíamos que remitía muy bien con el sentido del miedo. Intruders condensa el terror, el thriller y el melodrama”.

 Es una película que resulta atípica, tanto por beber de tantas tradiciones como por ser un híbrido de géneros, como el mismo director nos señalaba. Filme emparejado con su anterior, 28 semanas después, de igual forma que Intacto mantenía lazos de unión con Esposados, mientras una y otra vez, el director canario se empeña en volver al cine género. Juan Carlos Fresnadillo, nos sorprendió con Esposados, un corto en el que aparecía el azar como elemento fundamental; tema con el que daba un paso más en su siguiente trabajo, Intacto. Una historia fantástica en la que proponía que la suerte se podía transmitir.

 -Aquí no existe la casualidad, tú has nacido con el don de robarle la suerte a otros.

 En la secuela del filme de zombies, 28 días después (Danny Boyle), Fresnadillo supo envasar en el formato del cine de terror la disfunción de una familia desde el interior y el exterior.

 En el Festival, también tuvimos ocasión de hablar con Daniel Brulh, quien confiesa que de pequeño era un poco miedica, por eso se identifica bastante con Intruders. “Crecí y pasabas las vacaciones en un pueblo que daba mucho miedo, porque se decía que allí había un vampiro. Así, el miedo era parte de mi infancia y con esta película recordé mucho de esos miedos universales, infantiles”.

-Tú me dices que es lo que te da miedo a ti y yo te cuento que es lo que me da miedo a mí.


Intruders es un filme de terror que rastrea el origen de nuestros miedos, aquellos atávicos y universales, propios de la infancia. En esta se nos presentan dos historias que discurren paralelas. Una de estas se desarrolla en Madrid, en la que Juan es un niño sumido por las pesadillas sin que su madre, una mujer insegura, logre enfrentarse a los miedos de su hijo. En Londres, encontramos a Mía, una chica de doce años que vive con su padre a las afueras de la capital y que descubre el miedo, encarnado en una figura sin rostro. El personaje de Carahueca, el punto en común de ambas historias.

 -Carahueca seguía buscando a un niño a quien robar la cara.

 Luisa, desesperada por no poder ayudar a su hijo, se pone en contacto con un joven sacerdote, Daniel Bruhl, mientras que el padre de Mía (Clive Owen) pretende exorcizar a la pesadilla a su manera, cuando descubre a un intruso en la habitación de su hija.

-Los monstruos son cobardes, cuando les planta cara, huyen.

-Este no.

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El nuevo terror español llega para perturbar nuestros sueños. La película de Fresnadillo podría formar una doble sesión con el film de Jaume Balagueró, aunque no compartan temática, ni estilo, pero si nos traen un cine de género de calidad con sello español. Mientras duermes es un thriller psicológico, con referencias al mundo cinematográfico de Polanski (El inquilino quimérico) y Hitchcock, pero también con un pesimismo existencial derivado de la novela El señor de las moscas, de William Golding. Referentes que dan muestras dramáticas de una sólida puesta de escerna.  Luís Tosar se convierte en un conserje con un lado siniestro y Marta Etura va a ser su víctima perfecta. Jaume Balaguero se aleja del ritmo y los movimientos de cámara acelerados de Rec para contarnos una historia que puede pasarnos a cualquiera de nosotros. Y que por eso mismo resulta tan aterradora.

 -¿Feliz? Ese es mi problema que yo no puedo ser feliz.

Un solitario y amargado Luís Tosar trabaja como conserje en un inmueble de Barcelona,  lo que le permite conocer bien a sus inquilinos y acceder a sus casas. De este modo puede satisfacer su ansia enfermiza de trasmitir su infelicidad a los demás, golpeándole donde más les duele. Pero su objetivo principal es Clara (Marta Etura), para quien maltratarla se convierte en una obsesión, en un peligroso reto personal.  

-Tú sí que sabes cómo tratar a una mujer.

                        

En realidad es su némesis. Una joven vitalista, siempre sonriente, que representa la bondad; lo que odia César, esa vitalidad con la que siempre se encuentra sonriente, hasta que el villano se lo quita. De mil formas, incluso sin dudar por invadir su intimidad.

-El de los mensajes, ¿sigue molestándola?

-Y tú, ¿cómo sabes eso?

Otro de los personajes que podemos destacar es el de Úrsula, interpretada por Iris Almeida, relacionada con los niños perversos recurrentes en la filmografía de Jaume Balagueró. Una cría que pone en peligro el plan de César.

La acción, que sucede en un edificio donde hay un continuo movimiento de inquilinos, es puro Polanski, pero también puede recordar algo a su anterior Rec. El edificio resulta ser un microcosmo malsano, como el de Example, barcelonés, invadido por zombies; angustiosos como los de Polanski (desde El inquilino quimérico a Repulsión o La semilla del diablo), chalados como el de La comunidad (Alex de la Iglesias), e incluso oscuro y psicópata como el de La víctima perfecta, con la que Mientras duermes comparte algunos puntos en común.

-¿Sabes por qué te lo cuento? Para que sepas de lo que soy capaz.

 

 

Sitges ’11: 44ª edición del Festival Internacional de Cine Fantástico de Cataluña.

Sitges ’11: 44ª edición del Festival Internacional de Cine Fantástico de Cataluña.

  Nuestra andadura festivalera recala en tierras españolas para asistir al Festival Internacional de Cine Fantástico de Cataluña,  el Festival de Sitges, que se celebra entre los días 6 y 16 de octubre. Si las curiosidades de Sitges fueran un currículum, su condición mediática como sede de un festival con tanta solera, nos quedaría clara. Este pueblo es el origen de la familia Battle, de gran tradición política y comercial en Uruguay, como también vecinos de Sitges fueron los fundadores de las empresas licoreras Bacardí y Brugal. Pero lo que le da fama mundial es el festival de cine fantástico y de terror que cumple, este año, su 44ª edición.

 Ir a un festival grande te da una perspectiva de cómo está el programa internacional y cómo es la industria del cine desde la visión del aficionado que llena las salas y de los actores y directores que se acercan para contarnos su película. Una labor extenuante, llegándose a improvisar parte del  trabajo, pues no da tiempo para nada y siempre hay problemas de última hora. Uno de los más repetidos era la mala organización de los directores que iban a exhibir sus películas, que no siempre contaban con los pases suficientes como para que su equipo asistiera al estreno de su propio trabajo; lo que sucedió a Fresnadillo, con Intruders.

 Me comentaba un veterano de Sitges, el escritor y productor Ángel Gómez Rivero, que este era un festival con tanta solera que se obligaba la etiqueta para asistir a los estrenos. La primera vez que fue Sam Raimi, le negaron la entrada porque no iba adecuadamente vestido. Al día siguiente, el conocido realizador de “Posesión infernal” llegaba al festival, con chaqué y sombrero. Hoy Sitges está abierto a todo tipo de amantes del género, es algo así como una enloquecida caseta del terror. Asistimos a homenajes a Paul Nashy y a premios como el Nosferatu, que este año se otorgaba a Luigi Corzi,  con títulos como “Starcrash”. También había exposiciones, ubicándose en una de sus sedes –el edificio Miramar-, con pequeñas muestras centradas en A. I. “Inteligencia Artificial” (Steven Spielberg) y en las reinterpretaciones de algunos iconos del cine de terror: Frankenstein, Michael Mayers, Leatherface, Jason… Y por supuesto, estaban los stocks  para los adictos al merchandising y las colecciones, con todo tipo de artículos y rarezas del género.

 Debido a la referencia de A. I. “Inteligencia Artificial”, -aquella versión del cuento de Pinocho que dirigiese Spielberg, casi por encargo de Stanley Kubrick-, a los asistentes al Festival nos seguía una pareja de rostros inquietantes relacionados con la temática de esta edición del festival: la inteligencia artificial. Pero la cantidad de películas que presentaba su programación ha ampliado las fronteras genéricas del cine fantástico y de terror.  Esto ha permitido atraer a todo tipo de público, apostando el festival por un cine sobre determinados temas, desde distintas ópticas: como ejemplos podríamos reseñar, la amenaza alienígena (Nacho Vigalondo, “Extraterrestre”; Joe Cornish, “Attack the block”) o los zombies (John Gedett, “Exit Humanity”; Michael Barlett y Kevin Gates, “Wold of the Dead: The Zombie Diaries”). Un festival inabarcable, por la cantidad de títulos en la sección oficial, del que haremos un somero repaso, seleccionando lo más destacados y las rarezas.

 Distopías de Sitges.

 Es curioso cómo estamos ante uno de los festivales que más ha hecho por el fin del mundo. La buena salud que goza, lo demuestra la cantidad de títulos que ambientan sus historias en paisajes apocalípticos o que muestran la forma de afrontar el estallido final de sus personajes. A veces, las reflexiones ante este inevitable hecho es lo fundamental del argumento, sin necesidad de recurrir a efectos especiales de ninguna clase. Esto sucede con  Lars Von Triers, Melancholia, y Abel Ferrara, 4:44 Last Day on Earth. "Cuando se debe morir y el mundo está a punto de acabarse, no queda más remedio que aceptarlo”, sostiene el director. Ferrara trata el tema con banalidad, para contar la temática preferida de su  filmografía: la autodestrucción, la crisis de un personaje ante un acontecimiento que le supera.     

 Ferrara prefiere recrear el cataclismo desde la intimidad de un loft neoyorquino, no como otro autor que se ha dejado ver en Sitges, Xabier Gens con The divide. El cineasta optó por preguntarse sobre la pérdida de la humanidad, cuando dejamos de ser humanos y nos convertimos en bestias. La ciudad de Nueva York queda destruida tras un ataque de misiles y un grupo de supervivientes se refugian en un búnker subterráneo. Mickey –interpretado por Michael Biehn- se convertiría en el líder del grupo, que deberá convivir en un claustrofóbico lugar a salvo de la radiación. No se conviene revelar grandes detalles del argumento porque la película está llena de giros inesperados, como consecuencia del progresivo deterioro físico y mental de sus personajes. Eso sí, uno de las observaciones de la película son los ecos a los atentados del 11 de septiembre de 2001, demostrando que este género no hace otra cosa que tomar la temperatura del mundo.

 Las imágenes que ilustran la destrucción de grandes ciudades nos ponen la piel de gallina pero también nos electrizan, así de extraños somos. Hay algo hipnótico que nos impide apartar la mirada de la catástrofe que se describe y de esto se ha sabido beneficiar el cine, que ha contado con un despliegue de recursos a la altura de la destrucción a la que se pretende acercar.

 Una de las películas más esperadas del Sitges´11, es otra de las que reflejan los temores de la actualidad. En “Contagio”, Steven Sorderberg plantea cómo el miedo se extiende más rápido que una pandemia vírica, mientras vemos en pantalla a los personajes de esta historia, enfrentándose al desorden mundial y a la paranoia que les rodea. Y lo hace sin los grandes efectismos del cine de catástrofes, sino a través de unos personajes que resultan más o menos anónimos, cuya cotidianidad se rompe a causa de un acontecimiento a escala global: el miedo.

 Del cine español al de otros confines.

 El cine fantástico ibérico se encuentra en una situación  extraña, estamos en uno de los momentos brillantes del terror español, con una atractiva selección de títulos, pero no existe una auténtica personalidad. En palabras de Ángel Sala, director del Festival, “el nuevo cine fantástico español se refugia en la investigación de sus directores, en unos guiones originales y un relato creativo, pero sobre todo en la referencialidad extrema”. Y una  vez más nos referimos al cine hecho en Hollywood.

 El Festival se iniciaba con toda una curiosidad, “Eva”, la primera producción española que nos acerca al tema de la robótica, desde un punto de vista emocional. Se trata de una película con una gran factura técnica, pero en la que se observa una temática de lo más convencional, “al buscar algo armónico entre la ciencia-ficción y el melodrama”, como señala su director, para desvelar sus confesas influencias de Spielberg y Kubrick.    

Como sucede en las producciones americanas, el miedo está muy presente en el cine español visto en Sitges, tratado de forma más interesante, si cabe, por la diversidad y por acercarnos a los miedos atávicos y cotidianos. En este sentido, destacamos dos títulos.

 “Intruders”, dirigido por Juan Carlos Fresnadillo, es un filme rodado en Inglaterra y España, con un reparto internacional encabezado por Clive Owen. La historia es una puesta al día de uno de nuestros temores primitivos, el miedo en la infancia a la oscuridad, al monstruo oculto en el armario, el hombre del saco; un personaje que en la película recibe el nombre de “Carahueca”. El filme respira independencia y personalidad, por usar el referente no como cita sino como ejercicio de estilo. Eso sí, corre el peligro de diluirse a causa de la excesiva tendencia al híbrido, con un coqueteo con el thriller y el melodrama.

 La otra película española que quisiera destacar, “Mientras duermes”, es el regreso al largometraje de Jaume Balagueró fuera de la saga Rec. En el filme, el portero de un inmueble mantiene una obsesiva y enfermiza relación con una de las vecinas, en una propuesta claustrofóbica que se aleja de los fantasmas aterradores y de zombies.  Una película que muestra el lado oscuro que llevamos dentro. “Qué el horror venga del mismo individuo nos quiere decir que los monstruos que más nos deben inquietar sean los hombres”, atestiguaba el director. Una historia en donde su propuesta del terror se aleja de los efectismos y del movimiento de la cámara de sus anteriores películas, para acercarnos a la cara más cotidiana del horror y al mismo tiempo más inquietante.

 Desentrañando lo que ha dado de sí el festival, llega la hora de acercarnos a la interesante y abundante producción de otros confines. Fue el ámbito asiático en donde encontramos más producciones foráneas, responsable también del diseño de los carteles promocionales del festival. Y aunque no correspondían ni al género de lo fantástico ni al cine de terror, muchas películas tenían como tema el mundo de los samuráis y de las artes marciales. Nos sorprendía el trabajo del cómico Hitotsi Matsumoto “Scarbad Samurai”, centrado en un samurái sin espada que se ve obligado a hacer reír a un príncipe enfermo para poder salvar la vida; pero sobre todo un Takashi Miike mucho más contenido de lo que nos tenía acostumbrado con otro filme de época: “Hara-Kiri: Death of samurái”.

 Los lectores iberoamericanos deberían salir satisfechos  por el papel de algunas películas proyectadas en Sitges. Encontramos a la inclasificable “Juan de los muertos”, de Alejandro Brugués, producción cubana que acerca el cine de los zombies a la isla de Cuba. Toda una comedia que mezcla el terror y la crítica social, a través del protagonista, un hombre que sabe sacar partido de una inminente plaga zombie que asola la capital. Para ello, monta un pequeño negocio que lleva como slogan “mate a sus seres queridos”.

 Más interesantes resultaban las coproducciones argentinas, “La mujer del eternauta” y “El páramo”. Sin ser un título propio del cine fantástico, la primera era “una historia de fantasmas”, según palabras de su director Adán Aliaga. Un documental que nos hace regresar a los años de la dictadura, a través de Elsa Sáenz de Oesterheld, viuda del escritor Héctor de Oesterheld, guionista de un conocido cómic argentino “El eternauta”, de contenido político. La película que cierra está selección “El páramo”, es una de las más atractivas del festival. Del director Jaime Osorio Márquez, llega este definitivo filme de horror bélico, descarnado y paranoico. En la historia, un comando se ve obligado a refugiarse en una base abandonada, tras ser atacado por una misteriosa presencia y su envolvente atmósfera de terror.

 Grindhouse y otras rarezas del festival.

 A la medianoche en Sitges uno podía elegir la posibilidad de irse a dormir o asistir a fuertes dosis de hemoglobina, con el terror más gore y sangriento del festival.

 En esta sección, destacan las sesiones dobles de los cines de barrio setenteros, con un público que iba a consumir unas películas en donde la violencia, el sexo y el sadismo tenían un gran protagonismo. A ese tipo de cine se le llamó, Grindhouse, literalmente “casa de chillidos”, y recientemente Quentin Tarantino y Robert Rodríguez les hicieron un homenaje. Basándose en uno de sus falsos tráiler, la producción canadiense de Jason Eisener, “Hobo with a shotgun”, es un largometraje al estilo “Machete”. El actor holandés Rutger Hauer es la estrella de la función, un vagabundo que se arma con una escopeta para hacer justicia en una ciudad dominaba por unos indeseables. Será una película difícil de ver para el público no acostumbrado al cine del Grindhouse, con dosis de un humor negro, negrísimo, y momentos de puro gore, en donde muchos aficionados encontrarán similitudes con el mítico Vengador Tóxico. El directo planta al espectador cara a cara con situaciones de difícil solución moral, mientras que presenta la justicia no como una forma de resolver un dilema interno, sino como una vía para poder sobrevivir en un mundo violento.

 Enlazando con este filme, Sitges continuaba con la proyección de “The victim”, otro filme de estética setentera. Lo más singular de esta película es el regreso de uno de los actores fetiches de James Cameron, Michael Biehm, quien repite con “The divide”. El festival dedicó una retrospectiva del actor, con algunas de sus mejores películas enmarcadas en la ciencia-ficción del director canadiense (Terminator, Alien 2, Abbys). “The victim”, dirigida y protagonizada por el propia actor, es un thriller adrenalínico de policías corruptos y chicas malas que complicarán la vida de un misántropo con la cara d Biehn.

 Otras de las rarezas de Sigtes’11, serían algunos títulos pensados para el formato festival o para un estreno limitado en salas. Destacamos la parodia de ciencia ficción “Attack the block”, de Joe Cornish, sobre una invasión alígena que es derrotada por unos pandilleros urbanos, y “The Troll Hunters”, producción noruega que ha arrasado en su país y que con un estilo de los inicios de Sam Raimi, plantea la existencia de los Trolls. Pero si tuviera que quedarme con un título, señalaría la israelí “Rabies”, codirigida por Aharon Keshale y Navot Papushado. Más allá de su argumento, puro cine slasher, encontramos la curiosidad en el hecho de ser la primera producción de terror de Israel. Una pareja de alemanes son perseguidos por un bosque por un sanguinario asesino, en una fresca y canalla visión del género. 

 Despedida.

 Lamentando no haber podido asistir a todo el festival, nos han quedado en el tintero algunas de las producciones más interesantes. Entre ellas, nos faltaría descubrir el remake del clásico de John Carpenter, “The thing”, película con la que se clausura Sitges’11.  Sin embargo, nos hemos quedado con un buen sabor de boca, ante la diversidad de la programación dentro de las secciones oficiales.  Esperamos que haya resultado interesante este pequeño repaso de lo que ha dado de sí un festival con una selección de títulos inabarcables.