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Travelling. Blog de cine.

Hollywood conoce a Hollywood

El cine que llegará a las salas en 2015 (1)

Es una pequeña selección del cine que se estrenará próximamente. Como pueden comprobar, cine para todos los gustos. Vayan al cine. 

Autómata.

¿Antonio Banderas en una película de ciencia-ficción con el tema de la robótica... y española? Eso parece. El "culpable" es Gabe Ibáñez –director de esa película de título “Hierro”- que pretende revolucionar la estética de la ciencia-ficción, procedente de nuestra querida tierra, pero limitándose a una iconografía propia del género, lastrada por mil referencias cinematográficas, donde destaca la figura literaria de Phillip K. Dick y su Blade Runner. Eso sí, sin olvidarnos que desde su primera película citada, Hierro, cuenta con una personalidad propia más allá de las referencias. Quizás, el principal impedimento sea que ésta lo inserta en una historia que no se encuentra a la altura de las circunstancias.

Silent Heart.

Hacía tiempo que el realizador danés Bille August no hacía por acercarse al cine de sus comienzos, esas pequeñas grandes películas con las que ganó tanto prestigio, antes de lanzarse a su aventura de Hollywood. Hablamos de películas como Pelle, el conquistardor. En su último trabajo, August vuelve la mirada a las miserias de una familia, que esta vez se reúnen para despedir a la matriarca, que ha decidido evitar el infierno de una larga enfermedad para morir con dignidad junto a los suyos. A pesar de una puesta de escena propia del clasicismo más académico y un punto de vista algo convencional, cuenta con una estructura narrativa que recuerda, por momentos, a Celebración, aunque no recurra a  los estilemas estilísticos propios del movimiento que surgió en torno a Lars von Trier. También hay elementos de conexión con el genio báltico, Ingman Bergman, aunque no llegue nunca a la altura de su cine.

                                     

Mapas a las estrellas.

Con Mapas a las estrellas (Maps to the starts) Cronemberg pretende superar el espacio constreñido de su última película (Cosmopolis, que tenía como principal escenario una limusina por la que el personaje de Robert Pattinson se movía por la ciudad) pero no tiene nada que ver con Interstellar (Cristopher Nolan), por ejemplo. Las “estrellas” de su título son mucho más terrenales, se refieren a aquellas surgidas del mundo del celuloide. Se trata de una sátira sobre Hollywood en la cual, el cineasta canadiense se dispersa en múltiples direcciones para contarnos el funcionamiento de la fama alrededor del cine. Eso sí, se centra en personajes dislocados y tramas rebuscadas, como si se tratase de una visión bizarra de un clásico del género: El juego de Hollywood (Robert Altman).

En un guión escrito por Bruce Wagner se entrecruzan personajes, a la deriva, de este sector profesional: la chica, Agatha (Mia Wasikowska) que llega a Los Ángeles, dispuesta a comerse el mundo. Atentos al guiño a la anterior película de Cronemberg, porque será recogida por el chófer de una limusina, interpretado por Robert Pattinson. El joven Benjie (Evan Bird), la estrella ascendente, de carácter despótico y caprichoso, tutelado por unos particulares padres: un gurú de las terapias (John Cusak) y su mánager (Olivia Williams). Pero sobre ellos, destaca una inmensa Julianne Moore, que ya ha sido reconocida con el premio a la mejor interpretación femenina en el Festival de Cannes. 

                                  

Mr Turner.

Mr Turner, el título de la última película del británico Mike Leigh, no es otro que el pintor romántico inglés William Turner, pero es mucho más que eso. Aunque la importancia del personaje supera a la de su obra, Leigh transcede las influencias vitales del artista para adentrarse en su estilo creativo, a través de una cuidada interpretación por el siempre interesante Timothy Spall –habitual secundario de lujo, en mil películas- cuyo trabajo ha sido recompensado con el premio al mejor actor en Cannes.

Como sucede en otras películas con artistas como protagonistas, la fuerza que imprime la fotografía –en este caso de Dick Pope- es excelente, con la que se alcanza el espíritu del pintor, precursor del impresionismo, artista polémico por su uso y concepto de la luz. “El sol es comparte con otros grandes genios de todos los tiempos un carácter gruñón y despegado de su entorno –su esposa e hijos, a quienes apenas ve-.

La película se centra en sus últimos 25 años de vida del pintor, sin recurrir a un ortodoxo biopic ni al desarrollo teórico del artista, sino a través del Turner como hombre, más allá de su talento. Se relaciona, por tanto, con la vida de otros mil artistas de quienes el cine ha dado buena cuenta, con mayor o menor fortuna.

                             

La chambre bleue.

En su cuarta película, el actor y director galo Mathieu Amalric propone una lectura de la novela homónima de George Simenon. Un film en las antípodas de su anterior trabajo, Tourneé, en la que daba riendas a una exuberancia visual y narrativa.

En esta ocasión, apuesta por la austeridad de las formas, para adaptar el estilo del autor en celuloide, escritor francés de género negro, cuya escritura desprovista de florituras y con un tono seno, está apoyado en unos afilados y escuetos diálogos. También toma de Simenon parte de su estilo a la hora de estructurar la obra: la mezcla de tiempos. Desde la secuencia en la que Julien (Mathieu Amalric) está con su amante en la habitación azul y huye cuando hace aparición su marido; al juicio al que es sometido tras una sospechosa muerte; y el regreso al inicio del amor de ambos personajes, momento en el que es sometido por la seducción de esa mujer.

                               

El cine que llegará a las salas en 2015 (2)

El cine que llegará a las salas en 2015 (2)

The homesman.

Tommy Lee Jones cada vez más se revela como un remedo de Clint Eastwood, actor de irregular carrera en su juventud,  que aparece como un notable director –en su madurez- en filmes de ambientes de western. Así sucedía con la espléndida Los tres entierros de Melquiades Estrada, mientras que en su nuevo trabajo en la dirección –The homesman- amplía ese estilo a un universo físico y humano propio del género. Eso sí, sin contar con las convenciones propias de este tipo de cine.  Se trata de un homenaje a los pioneros, en la cual un bandido –el propio Tommy Lee Jones- se salva de la horca, a condición de acompañar a unas mujeres, entre ellas Mary Bee (Hilary Swakn) en su incierto viaje.

                                  

Lost River.

Lost River podría convertirse en una de las grandes curiosidades de la temporada, la primera película como director de Ryan Gosling. En la dirección viaja a unos escenarios desolados pero dentro de unos márgenes cinematográficos ya explorados como actor, con la estética de Driver o Solo Dios perdona (Nicolas Widing Refn) e incluso, internándose -por momentos- en Terciopelo azul de David Lynch.

                               

Jurasic World.

Llega una nueva secuela –creo que la cuarta- de la saga creada por Michael Chricton sobre el mundo jurásico, mundialmente conocida por la película de Spielberg, Jurasic Park. Lo dirige Colin Trevorrow, realizador de Seguridad no garantizada (Safety Not Guaranteed, 2012), cine de ciencia-ficción de corte independiente, con el tema de los viajes en el tiempo, que hace unos años fue presentada en el Festival de Sitges. Producida por el “Midas de Hollywood” retoma algunas ideas del film original. ¿Recuerdan ese sueño de crear un parque temático sobre dinosaurios? Por fin se hace realidad y el dichoso parque abre sus puertas, para terminar –como en las anteriores entregas- en un despliegue de charcutería fina. Un “Jurasick Park” para las nuevas generaciones.  

                        

The Search.

Tras el Oscar por su exitosa The artist, esa comedia romántica que recuperaba el tono y el estilo del cine clásico mudo, Michael Hazanavicius vuelve a la carga con una historia completamente distinta. The Search es un film sobre la guerra de Chechenia, rodado con poco pulso y menos credibilidad para contarnos lo que ya parece obvio en todo conflicto, el embrutecimiento y la noción de pérdida en cualquier guerra. Lo protagoniza Annette Bening. 

                         

Anthony Hopkins recrea en Hitchcock un mito del cine.

Anthony Hopkins recrea en Hitchcock un mito del cine.

La silueta más famosa del cine vuelve a la gran pantalla. Con Hitchcock, nos trasladamos a los años sesenta, al rodaje de una de las mayores obras de un genio del cine, "Psicosis". Para conocer, sobre todo, algo que muchos no sabrán que esta película estuvo a punto de arruinar la carrera del director pero también la personalidad obsesiva del cineasta británico que sólo encontró aliento en su esposa, Alma Reville. Eso sí, no se habla completamente del lado oscuro del maestro del suspense. Hopkins hablaba así del propio Hitchcock: "No era de los que obedecían órdenes, Alma le tenía a dieta de zanahoria y apio, por salud pero también para ahorrar. Hitchcock empeñó todo lo que tenía para poder hacer la pelicula". La transformación de Hopkins en Hitchcock es espectactacular, gracias a las dos horas de maquillaje diarias. "Nunca buscábamos una réplica exacta, queríamos a alquien que reprodujera la leyenda". Es lo que comenta el director de este proyecto. Se trata del casi desconocido Sacha Gervasi quien se enfrenta a todo un reto en su primera película de ficción, después de dirigir documentales.

La otra gran pieza de este puzle es Helen Mirren quien interpreta a Alma Reville. El problema surge cuando lo único que sabemos de la esposa de Hitchcock es a través de unas memorias escritas por Patricia Hitchcock, "Alma Hitchcock: The woman behind the man". Las otras mujeres que acompañan a Mirren son Scarlett Johanson, como Janet Leigh, y Toni Colette como Peggy Robertson, la secretaria de Hitchcock. Pero cobra importancia el personaje que fue a interpretar el mítico Norman Bates.

Desde la productora nos cuenta que el origen del proyecto se debe tanto al libro de Stephen Rebello "Alfred Hitchcock and the Making of Phycho" como una audición a los actores Anthony Hopkins como a James D´Arcy. Este segundo actor era un amigo del director Gervasi, que acudió a la prueba demostrando que podía ser el perfecto Anthony Perkins (Norman Bates en Psicosis).

Todo amante del cine puede decirse que es bastante mitómano y entre las curiosidades que más nos atraen del séptimo arte, quizás destaquemos las interioridades de nuestras peliculas favoritas. Y de hecho, ya son cada vez más los que se suman a este selecto club de los cineastas que "redirigieron" a cineastas de renombre. Clint Eastwood hizo lo propio con John Huston y "La reina de África" en "Cazador blanco, corazón negro"; Benjamin Ross nos trasladaba al rodaje de otro genio con carácter como Orson Welles y su indiscutible "Ciudadano Kane", en "RKO 281" y ahora viajamos a Hollywood de la mano de Gervasi con el Psicosis de Hitchcock.

Si quieren saber más deberán esperar para verlo en los cines o revisar ese clásico del maestro del suspense. Sin duda uno de los estrenos más esperados del 2013, año repleto de proyectos interesantes y de buen cine.

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Homenaje a Saul Bass: Los primeros minutos de un arte.

Homenaje a Saul Bass: Los primeros minutos de un arte.

Hacemos un pequeño homenaje a Saul Bass, maestro en un pequeño arte con el que brillaban los títulos de créditos y las cartelerías de muchos de los grandes nombres del Hollywood dorado. Alfred Hitchock y otros cineastas, como Otto Preminguer, confiaron en este artesano que seguiría un estilo propio y que crearía escuela, pues es cierto que existen títulos de crédito de calidad más allá de Saul Bass. Hagamos un breve repaso a los más brillantes trabajos en esta línea.

A los que nos gustan las películas de Woody Allen también nos resulta interesante sus títulos de crédito, a pesar de que lleva décadas empleando el mismo esquema. Frente a esta idea, Saul Bass es uno de los diseañadores más creativos, pero también más políficos con once colaboraciones con Otto Preminguer (El hombre del brazo de oroAnatomía de un asesinato) y otras tantas con Hitchock (PsicosisVértigoCon la muerte en los talones), pero de destacar uno, señalemos su último trabajo, a las órdenes de Martín Scorsese, para la película Casino. En esta se ve al personaje de Robert de Niro, Sam “Ace” Rohtstein, arrancando su coche que estallaba a los pocos segundos, mientras sonaba la famosa La pasión de San Mateo, de Bach.

 Otro de los diseñores más clásicos, sería Stephen Frankfurt, a pesar de que su trabajo más conocido sea Superman; sin embargo, el más influyente es el que preparó para la película Matar a un ruiseñor (R. Mulligan), que se abre con una caja de puros en la que se guardan algunos de los “tesoros” del personaje Boo Bradley. La música de Berstein hacía el resto. Pero después de Bass, el más destacado sería Kyle Cooper, muy influido por Franfurt, sobre todo en su trabajo más conocido en Seven (David Fincher). Como en Matar a un ruiseñor, la película comieza con un gran despliege de objetos, desde papel a unas tijeras, que sirven para reflejar el subconsciente criminal del psicópata, como en la anterior película se mostraba el lado oscuro de una caja de puros. Otros títulos de crédito realizados por este diseñor fueron las dos primeras entregas de la saga de Spiderman (San Raimi), La isla de Doctor Morau (John Frankenheimer) y Zodiac, la última película de Fincher.

Desde mi gusto personal, uno de los más interesantes comienzos es el de Sleuth (La Huella, Joseph L. Mankiewitz), relacionado con la estructura teatral del film. 


¿Qué sería James Bond sin su Martini agitado, no removido? Seguramente sobreviriría, porque si le cambiaron su clásico Aston Martín por un BMW, es posible que se remuevan todos los arquetípicos más característicos de este galán espía. Pero lo que no cambia es el tradicional título de créditos, a pesar de que se introdujeron algunos nuevos, uno de ellos diseñado por el propio Salvador Dalí. Nos estamos refiriendo a las siluetas insinuantes del agente 007, a ritmo de John Barry, a través del cañón de una pistola. El responsable fue Maurice Binder, quién lo diseñó para la primera película de la serie, 007 contr el Dr. No. El mismo fue el encargado para otras tantas películas, de la que destaca Barbarella (Roger Vadim), interesante por presentar a la actriz protagonista, Jane Fonda, ingrávida, como una fantasía erótica espacial.

En la actualidad, las películas prefieren mostrarse con unos títulos de crétidos diseñados a base de la tecnología informática. Esto es lo que parece privar entre los cineastas, considerados como posmodernos, como David Fincher, con El club de la lucha o La habitación del pánico, o los hermanos Wachowsky, en Matrix, uno de los más destacados de los últimos años, con la casada digital, diseñada por Lynne Cartwright y Simon Witheley. Al final, ininteligible incluso para los yonquis de las pastillas rojas, como ocurre con la película.

De los trabajos españoles, por lo menos uno merece la pena destacar, el de la película Mujeres al borde de un ataque de nervios (Pedro Almodóvar), realizados por Juan Gatti, a pesar de que su trabajo está a medio camino entre los clásicos de Saul Bass y el que preparó Richard Avedon, para el filme de Stanley Donen, Una cara con ángel. Por mucho que algunos osaron compararle con Saul Bass, a mí me resulta una horterada muy al estilo de Almodóvar. Y por citar un trabajo de título de créditos en una serie televisiva, destaca el sobresaliente resultado de una de las mejores series de la historia, A dos metros bajo tierra, diseñados por Danny Young.

 

 


El cine de Hollywood: entre lo moderno y la tradición.

El cine de Hollywood: entre lo moderno y la tradición.

El cine del Imperio de Hollywood ha generado gran parte de lo más interesante. Empezaba la temporada con un filme controvertido y muy esperado, el Apocallypto de Mel Gibson, en donde más allá de los polémicos flancos que han caracterizado los últimos proyectos del actor -ahora como director-, ofrece una imagen de la civilización maya, en los momentos previos de su decadencia. Una historia algo simplista, pero con intensidad dramática y que parecía encerrar un mensaje: sobreviven quienes estructuran su convivencia en base a unos valores. La barbarie no es patrimonio de las civilizaciones primitivas. Esto queda claro cuando se ve ese monumental fresco épico sobre la batalla de Iwo-Jima, contado en dos películas, sobre ambos bandos del frente, algo nunca visto, y que ofrece interesantes perspectivas. En la primera de ellas, Banderas de nuestros padres, Clint Eastwood, se centraba más en la propaganda, tan necesaria en el mundo de hoy -esté o no en guerra- analizando esa famosa foto de los soldados americanos izando la bandera.

                             cartas_desde_iwo_jima

Cartas desde Iwo-Jima, desvela tragedia vivida por los japoneses con una solemnidad y precisión sobrecogedora. El visionado de ambas películas consigue transmitir el efecto perseguido por su director, hablarnos de la inutilidad de la guerra, en la que miles de jóvenes murieron sin la oportunidad de vivir una vida. La segunda guerra mundial era el último gran conflicto en donde las ideologías estaban claras y en la que el mundo occidental agradeció la salvadora participación norteamericana. Unas cuantas décadas después la geopolítica es tan compleja y sujeta a interpretaciones que el relativismo campa a sus anchas. De unas cuantas películas dedicadas a la errática invasión de Iraq, destacan algunos títulos que han presentado una visión agridulce de la última guerra mantenida por los Estados Unidos.

- Mírame, tengo amigos, amigos blancos. Sin mí no eres más que otro puto negro en África.

Cambiando de conflicto geopolítoco, el permanente dolor del continente africano tuvo un par de traslaciones que merecieron la pena. Diamantes de sangre, en plena guerra civil de Sierra Leona, en la que Leonardo Dicaprio daba vida a un traficante de diamantes cuyos beneficios nutren ambos bandos armados. Por su parte, El último rey de Escocia, justo Oscar para su intérprete principal, Forrest Wittaker, dando vida al cruel y extravagante dictador Idí Amin Dadá.

 - Se me quejan de que no permiten ir hoy ha votar al personal de cocina.

- No van a votar, la mitad son ilegales. No pueden votar.
 

Cuando se desclasifican los papeles y las conciencias, encontramos algunas producciones interesantes que han revisado la historia reciente de la primera potencia, llena de claroscuros. Bobby, recreaba con desigual fortuna, el día y el entorno de Robert Kennedy, probablemente el sueño que puso fin a un sueño colectivo.

 

                                            bobby1

- Estudio poesía, no política.- Nos interesaría averiguar los nombres de los otros organizadores del comité cultural.

El buen pastor, el regreso de Robert de Niro a la dirección, revisaba el nacimiento de una de sus instituciones más conocidas, la CIA y su papel en la Guerra Fría, que al final no aporta gran cosa, salvo decirnos lo dura que es la vida del espía.

- Me han dicho por ahí que quería matarme.

- ¿Por qué?

- No les gustó cómo le retrate en mi artículo. Afirma que me contó cosas extraoficialmente.- ¿Y no podía comprobar sus notas?

- No, yo nunca tomo notas.
 

También hay retratos de la América más profunda, como el que hace Toby Jones encarnando a Truman Capote, en la investigación de un crimen múltiple que conmovió a toda una generación y que dio lugar a una famosa novela, de título A sangre fría, y con algunas adaptaciones meritorias en la gran pantalla. El modo de acercarse a las mentes de los asesinos, recogido en este relato periodístico, era más incisivo que el que nos ofrecía el año anterior la película Capote. Sin embargo, la mejor descripción de América, al margen del Sueño Americano, nos lo ofrecía David Mamet como productor e inspirador en un filme de corta duración y largo alcance, Edmond. Stuart Gordon, el director de Reanimator, ya lo decía al adaptar la obra de Mamet: "da mucho más miedo la realidad que las películas de terror". William H. Macy brindaba una ejemplar lección de cómo interpretar a un americano medio, con su pastiche de ideas e influencias, en un periplo nocturno que parece haber salido de Taxi Driver (Martin Scorsese), para bajar un peldaño en cada secuencia hacia la degradación moral.

- ¿Y mamá? ¿Mamá? ¿Dónde está?

- ¿Por qué no te vas? Vete de casa.

- ¿Me has que querido?

- ¡He dicho que te vayas!

- Papá, ¿me has querido o no?

- Un padre…

- Un padre, no… ¡tú!                                                    

                        Memorias de Queen

Pero si destacásemos a un nombre dentro del cine made in USA, habría que señalar a Robert Dowing Jr., que nos demuestra que para ser un buen actor no hace falta ser una persona ejemplar. Su comedida y sobria presencia daba mucha entidad a Memorias de Queens, otro capítulo más del género “volver a casa”, no solamente por Navidad, sino para reconciliarse con el pasado y con el padre.

- ¿Cuatro escenas del crimen y ninguna huella que se pueda utilizar? Están los mensajes cifrados y las huellas de botas militares, eso debería bastar.

- Todas circunstanciales.

El mismo actor hacía una soberbia composición del periodista del San Francisco Cronical, Paul Avery, que junto a Robert Gracesmith,  dedicó toda una vida a desenmascarar la personalidad de Zodiac, uno de los grandes casos sin resolver de la historia criminal de los Estados Unidos. Para nosotros esta es la mejor película del año; el tiempo nos lo demostrará. David Fincher redefine el género del serial-killer, ajustándose a la realidad, contada a través de una exhaustiva investigación mostrada como una epopeya incierta. El retrato de los años sesenta y setenta, en el área de San Francisco, nos ofrece el reverso oscuro de una época mitificada.

infiltrados

Pero cuando las exploraciones del mundo no parecen llegar a buen puerto, el cine hollywoodiense echa mano de una fórmula segura, nítida e imperdurable: el cómic y sus héroes. Sam Raimi continúa con su disección de este personaje -surgido de la narrativa gráfica- que es Spiderman III, logrando que de momento no nos cansemos de Peter Parker a pesar de jugar a ser Mr. Hyde. Lo mismo sucede con estas adaptaciones, más o menos afortunadas, pasa a las sagas de estos blockbuster que se multiplican como Gremlims en una piscina del inserso, pero aportando pocos alicientes originales e interesantes a los títulos precedentes. Prueba de ella fue la tercer entrega de Piratas del Caribe, más de lo mismo, salvo el cameo de Keith Richard como el padre de Jack Sparrow -ya se sabe que Johnny Depp se basó en el Rolling Stone para crear su personaje-. Al mismo tiempo que las sagas continúan, lo hace la adrenalina, en una carrera loca por ver quien ofrece el ritmo más rápido y la acción más trepidante. En este sentido, encontramos las siguientes entregas de las aventuras del joven mago, escritas por J.K. Rowling, Harry Potter y la orden del Fénix. El protagonista, tratará de informar a sus compinches mágico-festivos del regreso de Lord Volvemor.

- Pero si escuchais que un cierto mago oscuro ha vuelto de nuevo, eso es mentira.

- No es mentira, yo le he visto.

Nadie le cree, como es natural, lo que origina una trama que origina las delicias de sus incondicionales, amantes de las escobas mágicas. Otro personaje que resucita como si surgiera de las cenizas del ave Fénix es John McClane, lo mejor de la Jungla 4.0, el héroe analógico encarnado por Bruce Willis que reaparece en plena era digital. Sin embargo, si nos quedásemos con un blockbuster, surgido de una saga, esa es la de Jason Bourne, quien también regresa, para -al principio- no volver jamás. El famoso espía, interpretado por Matt Damon, cuenta con una saga cuyos títulos son tan poco pretenciosos a nivel argumental como bien ejecutados. En esta ocasión, con el epígrafe de Ultimatum de Bourne, Peter Greengrass nos descubrirá su identidad. Eso está bien porque el pobre personaje lleva estraviado y amnésico desde finales de los ochenta cuando le diera vida al personaje Richard Chamberlanin en El caso Bourne:

- Dígame su nombre, si es que tiene alguno.

- ¿Mi nombre? Dios Mío, no tengo ni idea.

El Woody Allen de ese año, seguía la estela de Match Point no sólo por acercarnos a Londres como escenario, sino por alejarse temporalmente del humor que nos tenía acostumbrado, aunque el personaje que interpreta el propio Allen, lleva consigo el mismo modus operandi de siempre. La película se llamaba Scoop y tampoco fue una maravilla. La verdad. El año se cierra con una interesante película de ganster, con la que Martin Scorsese, por fin, se reencontraba con los Oscars, una incursión a la mafia irlandesa, asentada en Boston. Infiltrado es una historia coral, marca de la casa, apoyada por un gran reparto y un despliegue de mucha violencia.  

                                                       

2008: Un buen año para el cine europeo.

2008: Un buen año para el cine europeo.

Por supuesto no podía quedar fuera de este pequeño resumen cinematográfica, el cine europeo, incluida nuestra siempre crispada península, de la que destaco tres películas El jefe de todo esto, de lars Von Triers; Teresa, el cuerpo de Cristo, dirigida por Ray Loriga; y El silencio antes de Bach, película de Bella Portadella.

- Te lo devuelvo.

- Hasta me duele decir su nombre.

- Yo creo que cada uno podría elegir su nombre.

- ¿A sí?

- Y de poder elegir, ¿cómo te llamarías?

- Del jardín.

-No está mal. ¿Y yo?

- ¿Tú? Del pincel.

La propia naturaleza del cine europeo, está ligada a una rica idea de variedad, por la cantidad de países implicados, e incluso más allá de las fronteras comunitarias. Pero también a la continuidad de una profunda tradición cultural y a la saludable actitud de mantenerse permanentemente abierta a la presencia de nuevas tendencias y sensibilidades. La cosecha de la temporada 2008 no ha sido una excepción, al menos en cuanto al grueso de lo que se ha podido ver en nuestras pantallas. 

Del cine francés, destacamos "Conversaciones con mi jardinero". 

- ¿Por qué no te gusto? ¿Por qué soy fascista? ¿Y él te gusta por qué es comunista?

- Él me gusta porque es Manrico.

El final del año estuvo marcado por una historia de hermanos, italiana, con trasfondo político, mientras que el comienzo del cine europeo no pudo ser más prometedor gracias a La vida de los otros, en donde Florian Henkell hacía un acertado y sobervio retrato de los mecanismos de control y represión de la Alemania oriental, bajo el régimen comunista. 

- ¿De verdad eres de la Stasi?

- Pero tu sabes lo que es la Stasi.

- Sí, mi padre dice que son hombres malos que meten en la cárcel a la gente. 

                            la-vida-de-los-otros

Si el filme alemán lograba el Oscar a la mejor película extranjera acercándonos a una historia propia de su cinematografía, otros realizadores europeos repiten esquema y protagonista principal en su cita anual con el séptimo arte. Este es el caso del veterano francés Claude Chabrol que se aferra a la actualidad en su meteórica Borrachera de poder. "Esta película no pretende mostrar una realidad conocida, cualquier parecido con personas existentes es, como suele decirse, pura coincidencia". Fiel así mismo, Chabrol vuelve a contar con su actriz fetiche, Isabelle Hupper, para una película, que a pesar de su ironía inicial, que dice que cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia, habla precisamente de la realidad, y más en concreto de los actuales problemas judiciales de grupos político-financieros.

- Bien le escucho.

- No he tenido acceso a toda la documentación. Creo que tengo menos información que la prensa.

Sin embargo, el largometraje más destacado -al menos, dentro de mi humilde opinión- es otra de las citas esperadas esta temporada, el nuevo trabajo del danés Lars von Triers: El jefe de todo esto. Comedia irreverente, en la que aporta una nueva extravagancia visual, el sistema de Atomavisión que actúa a modo de cortina de humo, para reírse del mundo disparatado que retrata y de su condición de gran manipulador.

- Escuchadme, empezamos cuando oigáis la claqueta. Pista uno, toma uno.

- Chicos, esta ya va en serio.

Una de las sorpresas más agradables del año ha sido Once, modesta producción irlandesa. Toda una joya marcada por la sencillez formal y por la utilización de la música como esencia y soporte de una preciosa historia de amor imposible entre una inmigrante checa y un cantante callejero que anhela hacerse un pequeño hueco en la música con mayúscula.

Sin alejarnos de las islas británicas, encontramos la inteligente y divertida Tristam Shamdy, con la que Michael Winterbottom se desentendía temporalmente de los temas fundamentales y de denuncia a los puntos más candentes de la realidad, para abordar la adaptación de una novela imposible como el clásico de la literatura inglesa, escrito por Laurence Sterne. 

- Si mi padre hubiera tenido una mente más científica, la tragedia de mi nariz sehubiera evitado. Pero era de inclinaciones más filosóficas y estaba habituado a defender sus principios. Así que cuando nací, me sacaron con el mismo fórceps que había aplastado la punta del dedo.

Británica, también, Diario de un escándalo de Richard Eyre, un intenso drama psicológico en torno a un entramado de situaciones equívocas entre dos profesoras de distinta edad, engrandecido hasta más allá de sus auténticos méritos por las interpretaciones de la pareja protagonista Cate Blanche y Judy Dench.

- No lo vas a contar, no lo vas a decir a nadie.

- Eso no beneficiaría ni a ti, ni al chico y mucho menos a la escuela. No, esto es un asunto privado y así debe continuar.

2008: El cine en los márgenes del cine.

2008: El cine en los márgenes del cine.

Desentrañando lo que ha dado de sí esta temporada 2008, llega la hora de acercarnos a la interesante y abundante producción de otros confines, temáticas y formas. En el ámbito asiático, destaca el cierre de la trilogía de Park Chan Wook, Simphaty for Mr. Vengance, en la que hace gala de unas violentas escenas, con chica de protagonista vengadora, pero un lirismo propio del cine oriental.

- Es una tradición comer tofu al salir, para que vivas pura y nunca vuelvas a pecar.- Vete a la mierda, quieres. 

En esta ocasión, una joven protagoniza esta historia de vengaza, en donde el cineasta sudcoreano vuelve a mostrarse especialmente capacitado para los giros argumentales inesperados y por supuesto, el derroche de imaginación en sus planteamientos visuales. Una vez más, Park Charh Wook planta al espectador cara a cara con situaciones de difícil solución moral, ante una cuestión incómoda, como es la validez o no de satisfacer el sentimiento de venganza. Por su parte, la vengaza en los personajes del director honkonés Johnny To, no se plantea como una forma de resolver un dilema interno, sino como una vía para poder sobrevivir en el violento mundo de la mafia japonesa Si en la primera entrega de Election, Simon Yang interpretaba a un yakuza que lograba ser elegido para ser el cabeza de la organización, en esta luchará por mantenerse contra todo pronóstico en un puesto de mando, del que por tradición debe abandonarse pasado dos años.

                          ratatouill

Algunas de la películas más interesantes de este año han surgido del mundo de la animación, en la que tanto viejos conocidos como nuevas promesas, han hecho un buen trabajo a la hora de llamar nuestra atención y consolidar esta rama del arte cinematográfico, como la más imaginativa de estos tiempos. Con Ratattouie, Pixar vuelve a conquistar nuestra admiración. Cada día se hace más indiscutible la gran capacidad de sus creadores en la elaboración de guiones y sus refinados sentidos cinematográficos, aplicado a la animación digital.

- Eres el príncipe victorioso que me has liberado.

                   persepolis

Partiendo de las aventuras del príncipe Ahmed, de la mano de histórica animadora Lotie Reninger, el francés Michel Ocelot, ha recuperado la magia del orientalismo apliacado a las nuevas tecnologías, para conseguir una de las películas más maravillosas de la temporada, Azur e Asmar. El mundo del cómic y lo que le rodea, ha dado frutos sugerentes; como ejemplos sirven Persépolis,  película que presenta una reflexión sobre las diferencias entre el Occidente y Oriente; y Paprica, basado en el trabajo de Yasutaca Sui-Sui, un estimulante juego de muñecas rusas que se mueve por el mundo de los sueños y de las pesadillas surrealistas. Tema que no es exclusivo de la cinematografía de animación, porque el cineasta norteamericano David Lynch vuelve a confundir los ancestrales conceptos de realidad e irrealidad, en Island Empire. El genio de Lynch ha hecho de esta película una sinfonía de imágenes encriptadas que resurgen como una composición musical hasta determinadas suites de estrellas. Secuencias que golpen nuestro subconscientes a las que el director nos ha ido preparando.

- Un muchacho salió a jugar cuando abrió la puerta y vió el mundo. Cuando pasó al otro lado, generó un reflejo, el Mal. El Mal cobró vida y siguió al muchacho.

Sorprende que producciones como esta no atarigan al público en general, que no suele apreciar aquello que salga de la narrativa tradicional, o sea, lo normal. En este sentido, también han sido acogidas con tibieza las excepcionales obras de Terry Guilliam y Michel Gondry.

- Bienvenidos, les mostraré como se preparan los sueños. Amor, emociones y todas esas mierdas. 

La  película de Terry Guilliam de ese año, Tideland, llegaba a nuestras salas con tres años de retraso. No se un film dirigido por un adulto, que intenta imitar la visión de la realidad de un niño, en cuyo caso sería una de tantas, sino que es el único trabajo hasta la fecha que pueda sentirse orgullosa por aparentar estar hecho, exclusivamente, por la imaginación de una niña de cinbco años, desaforada, sin filtros morales y muy imaginativa. 

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- Eres una traidora, no tenéis corazón. Sólo soys cabezas. Y tu también.

Terry Guilliam alcanza el cénit de su creatividad, en un film que colisiona con el mundo artístico contemporáneo y ahogado por la censura de lo políticamente correcto.

- Harold estaba realmente desesperado y maldecía al cielo, en vano.

- ¡No es verdad, te maldigo a ti, voz estúpida! ¡Cállate ya y déjame en paz!

Otro título que bien podría haber salido de la imaginación de Guilliam, es Más extraña que la ficción, una comedia romántica original. Bueno, original, si no se ha leído la novela de Miguel de Unamuno, Niebla, de la que toma la idea central. Will Ferrell interpreta a un inspector de hacienda, de costumbres kafkianas, que descubre que es un personaje de una novela, por lo que acaba revelándose contra la escritora que va perpretrando su destino, mientras tanto, asistimios a una pequeña y gratificante historia de amor entre inspector e inspeccionada.

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Y para terminar, Maria Antonieta, ninguneada en el Festival de Cannes y de corta repercusión por su paso por la gran pantalla. No la considero una obra maestra, pero sí se consigue un retrato sincero que Sofia Coppola dibuja de la frivolidad. Probablemente la más representativa característica de nuestra sociedad. La María Antonieta reinventada por la Coppola es, quizás, el personaje más atractivo que ha dado el cine esta temporada.

Frases, monólogos y discursos en el cine.

Frases, monólogos y discursos en el cine.

-Ahi estaba yo, es decir, Alex y mis tres drugos, Pete, Georgie y Dim. Estábamos en el Dorova Milk Bar. En el Dorova Milk Bar servian leche plus: leche con veloceta, o con drencromina, que era lo que estabámos tomando. Aquello nos agudizaba los sentidos, y nos dejaba listos para una nueva sesion de la vieja ultraviolencia.

El cine se ha nutrido de discursos, monólogos y frases de todo pelaje y condición. Allá dónde aparezcan algunos personajes reunidos en la gran pantalla, aparece el elocuente don de alguien locuaz que suelta una arenga, una cita emblemática o alguna frase lapidaria. Son tantísimos los momentos del cine que es difícil hacer una selección de los mejores, los que nos han gustado más o aquellos que nos resultasen simnpáticos o significativos. Pero aquí no encontrarás ni Shakespeare ni a Presidentes de los Estados Unidos. ¿Qué criterios se ha seguido para esta selección? La verdad, no sabría decir. Solamente hay que disfrutarlos y en cada uno, pensar en sus propios diálogos. 

La arenga de William Wallace (Mel Gibson) en Brave Heart es uno de esos grandes momentos del cine. 

               Brave Heart

-Luchad y puede que muráis. Huid y viviréis. Un tiempo al menos. Y al morir en? vuestro lecho, dentro de muchos años, ¿no estaréis dispuestos a cambiar todos los días desde hoy hasta entonces, por una oportunidad, solo una oportunidad de volver aquí a matar a nuestros enemigos? Pueden que nos quiten la vida, pero jamás nos quitarán ¡¡la libertad!!. Alba Gu bràth! ("Viva Escocia", en escocés antiguo).

El siguiente escenario nos lleva a los barrios bajos de Inglaterra, en donde viven unos jóvenes adictos a la heroína. Transpoitting daba comienzo con un expléndido monólogo sobre los modos de vida y el consumismo. ¿Para qué eligirías la vida?

             Trainspotting4

 -Elige la vida. Elige un empleo. Elige una carrera. Elige una familia. Elige un televisor grande que te cagas. Elige lavadoras, coches, equipos de compact disc y abrelatas eléctricos. Elige la salud, colesterol bajo y seguros dentales. Elige pagar hipotecas a interés fijo. Elige un piso piloto. Elige a tus amigos. Elige ropa deportiva y maletas a juego. Elige pagar a plazos un traje de marca en una amplia gama de putos digitos. Elige bricolaje y preguntarte quién coño eres los domingos por la mañana. Elige sentarte en el sofá a ver tele-concursos que embotan la mente y aplastan el espíritu mientras llenas tu boca de puta comida basura. Elige pudrirte de viejo cagándote y meándote encima en un asilo miserable, siendo una carga para los niñatos egoístas y hechos polvo que has engendrado para reemplazarte. Elige tu futuro. Elige la vida… ¿pero por qué iba yo a querer hacer algo así? Yo elegí no elegir la vida: elegí otra cosa. ¿Y las razones? No hay razones. ¿Quién necesita razones cuando tienes heroína?

 Viajamos a la antigua Roma, para encontrarnos con un personaje singular, el de Máximo en la película Gladiator (Ridley Scott).

                      gladiator_poster

-Me llamo Máximo Décimo Meridio, comandante de los ejercitos del norte ... leal servidor del verdadero emperador Marco Aurelio. Padre de un hijo asesinado, marido de una mujer asesinada y alcanzaré mi venganza en esta vida o en la otra.

 De un mundo antiguo, pero fantástico, surje otro de los héroes más célebres del cine. Conan, el héroe de Cimmeria. De la película Conan, el Bárbaro, es esta oración a su dios, Crom:
                                Conan Esclavo

-Crom, jamás te he rezado, no sirvo para ello. Nadie, ni siquiera tú, recordarás si fuimos hombres buenos o malos, porqué luchamos o por qué morimos. Lo único que importa es que, hoy, dos se enfrentan a muchos. Crom, el valor te agrada. Concédeme pues una petición, concédeme la venganza. Y si no me escuchas... ¡vete al infierno!
 

Los violentos personajes de Quentin Tarantino también tienen el don de la elocuencia. Lo encontramos en este asesino a sueldo llamado Julius e interpretado por Samuel L. Jackson (Pulp Fiction), con un monólogo bíblico, aunque inventado. La verdad, ¿importaba algo?

                      MSDPUFI EC043

-El camino del hombre recto está por todos lados rodeado por la avaricia de los egoístas y la tiranía de los hombres malos. Bendito sea aquel pastor que, en nombre de la caridad y de la buena voluntad, saque a los débiles del Valle de la Oscuridad. Porque Él es el verdadero guardián de su hermano y el descubridor de los niños perdidos. ¡Y os aseguro que vendré a castigar con gran venganza y furiosa cólera a aquéllos que pretendan envenenar y destruir a mis hermanos! ¡¡¡Y TÚ SABRÁS QUE MI NOMBRE ES YAVÉ, CUANDO MI VENGANZA CAIGA SOBRE TI.

 Terminamos con otro grupo de outsiders, antisistemas; el grupo liderado por Brad Pitt en El club de la lucha.
 

                     El club de la lucha

- La publicidad nos hace desear coches y ropas, tenemos empleos que odiamos para comprar mierda que no necesitamos. Somos los hijos malditos de la historia, desarraigados y sin objetivos. No hemos sufrido una gran guerra, ni una depresión. Nuestra guerra es la guerra espiritual, nuestra gran depresión es nuestra vida. Crecimos con la televisión que nos hizo creer que algún día seriamos millonarios, dioses del cine o estrellas del rock, pero no lo seremos y poco a poco nos hemos dado cuenta y estamos, muy, muy cabreados.