Boyhood (Momentos de una vida). El tiempo y el ser.
“Una de las cualidades del cine es que te permite moldear el tiempo ya sea por mucho o un corto periodo”. Abrimos el reportaje con una frase promocional del propio director. Boyhood, que podría traducirse por niñez, ha sido una de las películas que más me han sorprendido de las que estarán presente en la parrilla de los Oscar, una historia que en poco más de 90 minutos nos cuenta la vida de Mason, desde los seis años hasta que se marcha a la Universidad.
-¿Estáis listos para divertiros?
Boyhood podría ser una de esas muchas películas que tratan sobre el paso de la infancia a la madurez, e incluso alguno, quizás, lo considere un título aburrido o sin mucha “chicha”, pero la verdad es que Linlaker consigue sacar magia de esos momentos cotidianos que diariamente podamos encontrarnos en nuestras vida. Eso sí, la principal peculiaridad del film es que se rodó con los mismos actores, a lo largo de 12 años, en unas 39 jornadas de rodaje. Algo único en el cine.
En el argumento encontramos las “razones del corazón” que ha acompañado una parte de la filmografía del director, a través de dos hermanos de padres separados que vivirán con la madre, que mantiene la custodia, personaje interpretado por Patricia Arquette.
-Si pusiéramos las barreras.
-Déjate de barreras, en la vida no hay barreras.
En la figura del padre no hay sorpresa alguna: se trata de su actor fetiche y amigo Ethan Hawke.
Era normal que se tratase de un equipo y reparto familiar que se comprometiera a este tipo de experimentación cinematográfica.
-¿Qué quieres ser Mason, que quieres conseguir?
No es la primera vez que en el cine se juega con el tiempo, pero habría que buscar una referencia en el documental Up –a cargo de Michael Apted- sobre unos chicos que abandonan un orfanato, contándose sus experiencias vitales cada 7 años. Como tampoco es la primera vez que lo vemos en el cine de Linlaker pues con ese colosal fresco romántico de “Antes del anochecer, retrataría en tres instantes la relación de una pareja, Jessie y Celine, basada en la comunicación y el romance.
-Si vamos a pasar juntos cincuenta y seis años más, ¿qué te gustaría cambiar de mí?
-Esa es otra de tus preguntas trampas, no pienso contestar.
Los experimentos de Linklater.
Cuenta el propio Richard Linklater que se interesó por el cine cuando vio Toro salvaje (Martin Scorsese) y, con lo que había ahorrado, se compró una cámara de Super8. Entre sus primeros trabajos vemos todo un experimento cinematográfico Heads I Win / Tails You Lose. Armado con la cámara se fue a las calles de su ciudad natal, Austin, para retratar a todo tipo de personajes peculiares sin un argumento definido.
Después buscó en la rotoscopia una original adaptación de Phillip K. Dick, A Sckaner Darkly, permitiendo reflejar las paranoias de los personajes característicos de este autor de la ciencia-ficción. Pero no fue la primera vez que utilizó un tratamiento rotoscópico de la imagen real, lo hizo en Walking life (Despertando a la vida).
Sus films atrajeron el interés del propio Tarantino, quién observó en uno de sus títulos (Movida del 76), su ópera prima, una de las diez mejores películas de todos los tiempos; mientras que su mayor éxito en taquilla sigue siendo la comedia musical Escuela de rock. A nivel personal, este humilde cronista se queda con esa inmensa trilogía, en la que nos cuenta los avatares románticos y personales de su actor fetiche, Ethan Hawke y Julie Delpy.
Con Boyhood, Richard Linklater parece estar en una nube; con el Globo de oro a la mejor película, solo le quedaría el Oscar en su currículum.
0 comentarios