El hombre que pudo reinar. La grandeza de unos perdedores.
Cuando pensamos en la aventura y épica cinematográfica, seguramente nos venga a la memoria los nombres de Indiana Jones, Tarzán o los pintorescos grupos de Star Wars y El Señor de los Anillos; también recordaremos a Simbad, Conan o la historia mitológica de Jasón y su Argonautas. Desde un contexto colonial y británico, Rudyard Kipling fue el autor de algunos memorables relatos como el que fue adaptado al cine en una cinta llena de épica y fatalismo propio de su director, John Huston.
Pocos cineastas como Huston mostraron la grandeza del perdedor, ese que en la búsqueda de todo tipo de objetos maravillosos, de riquezas y gloria, pierde el rumbo y en muchas ocasiones, hasta la vida. Hay que tener en cuenta que existe una predisposición cultural para todo eso: la lucha por la redención está en alza en una sociedad como la norteamericana, muy marcada por la religión cristiana y que suele retratar a perdedores al por mayor, en la gran pantalla.
Los perdedores de la película son dos pícaros, dos soldados británicos (Danny Dravot y Peachy Carnahan) que en la lejana India, intentan llegar a ser el rey de Kafiristán.
Siempre es una ocasión memorable recordar films como este, sobre todo cuando este año 2015, El hombre que pudo reinar (1975) cumple su cuarenta aniversario.
Después de esta breve presentación, os dejo el reportaje audiocomentado de la película. (Aviso, cuenta con importantes spoilers).
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