La Bella y la Bestia: entre el cine y la leyenda.
La Bella y la Bestia es uno de los cuentos más tradicionales, narración que a pesar de sus múltiples variantes, fue obra escrita por la francesa Gabrielle-Suzanne Barbot de Villeneuve, en 1740. Sin embargo, la versión más conocida es una adaptación resumida de esta, a cargo de Jeanne-Marie Leprince de Beaumont, unos veinte años más tarde.
-Érase una vez un mercader, cuya hija favorita se llamaba Bella. En una terrible tormenta, el mercader perdió toda su carga y su familia se arruinó.
Como tAodo el mundo sabe, el príncipe es un cazador a quien la naturaleza le castiga convirtiéndole en una bestia horrible. Sólo el amor de Bella lograría romper el hechizo. Como en otros muchos mitos populares se habla de un príncipe convertido, por arte de magia, en algún animal salvaje o monstruo, que es redimido por el beso y el amor de una doncella. Cuentos que simbolizaban la animalidad relacionada con la condición humana. Pero La bella y la bestia también se ha querido interpretar como la llegada de la madurez de una niña, e incluso como una crítica a los matrimonios de conveniencia. Sea como fuera, el cuento tenía todo aquello para que la historia fuera adaptada en una infinidad de veces y en muchas películas inimaginables, que el cine ha recogido en versiones del clásico.
Respetuosa con el original, destacamos La Bella y la Bestia, en la versión de Jean Cocteau (La Belle et la Bête, 1945) con Jean Marais como la Bestia y Jossete Day como Bella. Un film algo cursi, pero a pesar de todo la mejor versión cinematográfica con personajes reales. Película que influyó, y mucho, en la desconocida Panna a Netvor (Juraj Herz, 1978), una muy cuidada producción checa que tomaba prestados elementos del film anterior como las estatuas que miran. Eso sí, el film estaba más emparentada con el cine de terror que el drama romántico.
Pronto la historia interesó al mundo de la animación. La más temprana adaptación animada corresponde a Sergei Aksakov, que lo tituló: La flor escarlata. Una versión de los años cincuenta, a través de la técnica del rotoscopio y que adptaba el clásico a ambientes eslavos.
-Bella, habéis vuelto.
-Pues claro que he vuelto.
Sin embargo, la más interesante sigue siendo la versión animada de los años 90, a cargo de la factoría Disney. Una delicia que se encuentra entre lo más destacado de la compañía. La película ganó el Óscar a la mejor canción original y el Óscar a la mejor banda sonora, y es la primera de las tres películas animadas de la historia nominadas al Óscar a la mejor película. Otras versiones que podríamos recordar es la que se hizo para la televisión (a finales de los ochenta), protagonizada por Linda Hamilton y Ron Perlman, y la musical, a cargo de Eugene Marner, con Rebecca de Mornay y John Savage.
Las variantes de esta historia, la presencia de una figura grotesca que se enamora de una bella mujer, también han sido adaptadas numerosas veces al cine, como El Fantasma de la Ópera, de Gastón Leroux, o Notre-Dame de Paris, de Victor Hugo.
-Ahí están: La Bella y la Bestia, una bella que ha pasado por una experiencia que jamás habría soñado y que fue salvada de las garras del terrible King Kong, por su futuro esposo.
Pero de estas reinterpretaciones la más famosa son las películas de King Kong inspiradas en el cuento original. De hecho en el propio film de 1933, el personaje de Carl Denham, que parte en busca del monstruo junto a la actriz Ann Darrow, cree que la aparición de Ann y el monstruo juntos en su película podría ser una reminiscencia del cuento.
Y ahora, la Bella y la Bestia (2014), versión a cargo de Christopher Gans (recordar, el director de Silent Hill) y con Vincent Cassel y Léa Seydoux, al frente del reparto. Entre los actores, está la curiosidad de encontrarnos al español, Eduardo Noriega, con el personaje de Perducas, aunque su voz fue doblada en la versión francesa.
¿Os acordáis de Cuenta cuentos, una serie con John Hurt, que emitía TVE, en los años 80? Christopher Gans debería haberla tenido en cuenta antes de dirigido esta versión. Estéticamente pretenciosa para una historia que carece de emoción, y al final queda una película bastante irregular.
-Eres más valiente que tu padre. Cada tarde a las 7, en punto, tendrás que estar aquí. Ni se te ocurra escapar, el bosque te lo impediría.
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