La bicicleta es para el cine.
La bicicleta es la protagonista del reportaje que dedicamos a este medio de transporte como deporte, que aparece como una mirada nostálgica al pasado, a pesar de su reivindicación en la actualidad. En toda película de inspiración rural, como Diario de un cura rural, la bicicleta es un elemento imprescindible, contrapunto idílico de los ruidosos y contaminantes vehículos a motor, para adoptar la importancia de un símbolo contra la sociedad moderna, como encontramos en París-Tombuctú (José Luís García Berlanga).
- A la mierda, los curas, lesbianas y futbolistas, a la mierda este puto país de juerguistas genéticos, de convenciones, de comisiones, de estreñidos. ¡Mierda!.
Sinónimo de independencia y libertad, la bicicleta es, en ocasiones, el vehículo idóneo para huir de los perseguidores, como lo veíamos, con un toque fantástico, en E.T (Steven Spielberg). Pero ya desde la perspectiva del melodrama, en El ladrón de bicicletas, el protagonista necesita de una para escapar, aunque sea levemente, de la miseria.
-Hace falta la bicicleta hoy, sino me presento rápido el puesto se lo lleva otro.
-¿Qué vas a hacer tú?
- ¡No debías haber empeñado la bicicleta!
- ¿Y de qué comíamos?
- Maldito sea el día que nací.
- No maldigas.
Una de las curiosidades dentro de la cinematografía dirigida a la bicicleta, es el anime Andalucía No Natsu (El verano en Andalucía). Nos encontramos con la historia del ciclista español Pepe durante la competición de la Vuelta a España. Una rareza del anima con españoles como protagonistas y Andalucía, como escenario. El mundo del ciclismo aparecía también en la película Prado de estrellas (Mario Camus):
- Fui ciclista profesional hace veinticinco años, he ganado alguna etapa pero sobre todo ayudé a los compañeros que tenía entonces a ganarlo todo.
Pero la bicicleta se ha relacionado en el cine, sobre todo con una forma de recuperar los placeres sencillos, disfrutar del presente, del aire libre y conquistar a la chica deseada. No cabe duda que en materia sentimental, un paseo en bicicleta puede ser el inicio de una bonita amistad. Así, aparecía por ejemplo en la serie Verano azul o en una de las escenas románticas de Dos hombres y un destino. Al final, contemplamos cómo las bicicletas son para el cine, bueno, también para el verano. Así lo veía Antonio Chávarri, en la adaptación cinematográfica de la obra teatral de Fernando Fernán Gómez, Las bicicletas son para el verano.
- Papá, yo quiero la bicicleta. Las bicicletas son para el verano.
- Y los aprobados para el invierno.
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