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Ha muerto Stanley Donen, el último superviviente del Hollywood clásico.

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Nos ha dejado una de las grandes leyendas del cine, uno de los meritorios realizadores del Hollywood clásico que escribió muchas páginas del séptimo arte, en mayúsculas, sobre todo desde su género favorito, el musical.

Nacido en 1924, en Columbia, fue tal su admiración que sintió por Fred Astair que daría clases de danza y se convirtió en coreógrafo y bailarín para la MGM.  Allí hizo amistad con Gene Kelly quien le introdujo en Hollywood, primero como su asistente y luego co-dirigiendo “Un día en Nueva York”. Estamos ante su primera película  de un currículum de films de estudio que abarcaba “Bodas reales” (1950), “Cantando bajo la lluvia” (1952), “Tres chicas con suerte” (1953), “Siete novias para siete hermanos” (1954) o “Una cara con ángel” (1956). Pero más allá de esta adscripción genérica del director, existe una filmografía más o menos conocida.

Es curioso que haya fallecido en las vísperas de la gala de los Oscar, cuando no recibió ni una sola nominación por ninguna de las muchas películas que dirigió, aunque la Academia intentase resarcirse con el Oscar honorífico que recibió por su dilatada trayectoria, en 1984. Sus films eran reconocidos por sus ritmos rápidos, sus guiones ingeniosos y su aspecto elegante (gracias a sus aspectos cinematográficos, el montaje, el vestuario o la producción artística). Incluso cuando finalizó la etapa de sus musicales, los movimientos de cámara y su forma de rodar, reflejaban la importancia de las coreografías en su cine.

Stanley Donen en los años sesenta.

Donen fue un director dependiente del sistema de producción de los grandes estudios, pero se convirtió en un superviviente cuando el Hollywood dorado empezó a sucumbir. Estamos en los años sesenta, por lo que se enfrentó a ello demasiado temprano (había nacido en 1924 y comenzó su carrera al final de los años cuarenta). En este panorama, se dio de bruces con la crisis del musical, el género que le había dado sus mayores reconocimientos, por lo que se aferró a la categoría de “comedia” –que acompañaba sus musicales- y eliminó esta última. A pesar de todo, los sesenta resultaron fructíferos para Stanley Donen. Comenzó con dos comedias, protagonizadas por Yul Brynner: “Una rubia para un gánster” y “Volverás a mí”.

En “Una rubia para un gánster”, Brynner interpreta a un gánster deportado a Grecia que decide volver a recuperar una fortuna dejada en los Estados Unidos para comprar una corona del rey de Anatolia; en su lugar aparece su novia que decidirá robarla.

“Volverás a mí” está más conseguida que la anterior, gracias –en parte- por el imponente diseño artístico que da a la película un toque más teatral. El protagonista, Yul Brynner, es un director de orquesta ególatra que mantiene una conflictiva relación con su mujer, una inmensa Kay Kendall, en su último trabajo, aunque se trata de la historia de una claudicación: su personaje deberá ceder y aceptar tocar la marcha de “Barras y estrellas” que le exigen los mecenas de una sala de conciertos.

El drama romántico “Dos en la carretera” sería uno de sus títulos emblemáticos de la década, un intento de plasmar las ideas de la Novelle Vague, junto con dos películas de espías, “Charada” y “Arabesco”; una protagonizada por CaryGrant y  AudrieHerburt, y la otra, por Gregory Peck y Sofía Loren, dos films que aprovecharon el éxito del cine de Hitchcock. Los años sesenta terminarían con una película de ambientación gay “La escalera”, con Richard Burton, encabezando el reparto. Un film que tuvo grandes dificultades para su distribución, sobre todo debido a las reticencias de la viuda de Burton.

Las rarezas: Un agriodulce final para Stanley Donen.

Los años setenta y ochenta vieron el final de la carrera de este gran director, en donde se aventuró con un film de ciencia-ficción, “Saturno 3” (1980), basada en una novela de Steve Gallagher, publicada ese mismo año. Protagonizada por Harvey Keitels y Kirk Douglas, tuvo el dudoso honor de estar nominada en los premios Razzies en varias categorías. Otra de sus rarezas fue “El pequeño príncipe”, versión musical del clásico de la literatura infantil de Antoine de Exuperi.Hoy en día, llevaba desaparecido de la profesión desde que rodó su última película, la irregular “Lío en Río” (1984), aunque aún le quedaría un episodio para la televisión, un film para ese medio y un documental. 

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