El último concierto. Cuarteto a la fuga.
Tras veinticinco años de éxito el cuarteto de cuerda La fuga se prepara para el aniversario, coincidiendo con la gravísima enfermedad (Parkinson) de su miembro más veterano, el violonchelista Peter, para quién sería su último concierto. Esto pondrá en peligro la continuidad del cuarteto, despertando entre sus componentes viejas rencillas.
-¿Te gusta tocar conmigo pero no sabes vivir conmigo?
La obra que ensayan para su despedida tiene un doble significado en la película; el opus 131 en Do sostenido menor de Ludwing von Beethoven, sonando a lo largo del film para dar una mayor profundidad a la historia que se narra. Beethoven especificó que la partitura debía interpretarse sin pausas. En este sentido, cuenta el personaje de Christopher Walken que los cinco cuartetos que compuso Beethoven para su opus 131 estaban pensados para los músicos llegaran todos al final agotados, para que al final se mostraran en sus caras el agotamiento o el error. “Es una gran metáfora de la vida y las relaciones largas, que tarde o temprano, se desafinan”. El director israelí, que debuta en el largometraje, traza una curiosa relación entre esta pieza musical y los miembros del cuarteto. Sus instrumentos se desafinan al mismo tiempo que se crispan las emociones entre ellos. De este modo, los miembros que forman parte del cuarteto de cuerda de la película llegan al concierto final con una crisis interna del grupo.
-Era bastante bueno.
-Y así decides comunicármelo, ¿acostándote con otra mujer?
El impresionante reparto engrandece la historia, destacando el matrimonio formado entre unos soberbios Phillip Seymour Hoffman y Catherine Keener, intérpretes que ya habían formado pareja en Capote. Pero no podemos olvidar del resto del cuarteto, incluso entre aquellos actores menos conocidos como Mark Ivanir, con una gran importancia en el último concierto.
-Yo soy de tu propiedad, todos somos de tu puta propiedad. Mi vida es una mierda.
Sin dejarnos a un lado, por supuesto, la cordura del grupo que lo aporta un grandísimo actor en un rol poco habitual: Christopher Walken, la figura paterna que sería la referencia de los componentes. Este neoyorquino con más de sesenta años, puede demostrar que encaja en cualquier papel que le ofrezcan. El polifacético actor, ganador de un Oscar por El cazador (Michael Cimino) y nominado por su interpretación en Atrápame si puedes, es conocido sobre todo por sus personajes secundarios, convertido en todo una referencia del mejor Hollywood.
-¿No puedo imaginarme tocar este concierto sin ti?
-Sé valiente. Yo tuve una segunda oportunidad. No todo el mundo la tiene.
En una película centrada en el mundo de la música, esta cobra protagonismo, pero a la pieza clásica –interpretada por el cuarteto Brentano-, habría que señalar la otra parte de la música – a cargo de Angelo Baladamenti – que combina perfectamente con el cuarteto de Beethoven. Al final nos encontramos con un magistral drama, sobre las relaciones humanas y con la música de cámara, de fondo, que supuso el trabajo final de uno de los grandes; “el último concierto” de Phillip Seymour Hoffnam.
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