El Capital: Costa-Gavras analiza una de las lacras del sistema financiero.
Pocos cineastas se pueden tomar tan en serio hasta tal punto que de sus películas se haga una reflexión de la actualidad; hablamos de Costa-Gavras, a pesar de que usa el thriller como transfondo de la situación económica actual. En este sentido, vuelve a retomar el tema de Arcadia. En El Capital, el protagonista es una especie de Robin Hood, a la inversa: "¡Seguiremos robando a los pobres para dárselo a los ricos!".
El capital y uno de sus films anteriores, Arcadia, podrían ser la cara y la cruz de una misma moneda. Si en la anterior seguíamos la pista de un ejecutivo de una gran empresa, despedido tras una reducción de personal; en esta película nos centramos en ese grupo de personas que se enriquecen a costa de unas "reestructuraciones", el eufemismo empleado para el "fin de contrato". La película sigue a Marc Tourneuilleire (interpretado por Gad Elmaleh) quién preside uno de los mayores bancos europeos, convirtiéndose en un hombre de paja, pero con una ambición desmedida. Un personaje que se suma al selecto club de los "villanos" financieros que ha dado el cine: Gordon Gecko de Wall Street (Oliver Stone), Potter (Qué bello es vivir, Frank Capra), etc. Unos tiburones de las finanzas, sin escrúpulos, dispuestos a todo con el fin de hacer engordar sus carteras hasta el infinito, mientras disfrutan de los lujos de una privilegiada situación: sexo, poder y dinero.
No es causualidad el título de dicha película. "El capital", film de Costa-Gavras, parte de la novela del economista francés Stephane Osmont, con el que guarda no pocos puntos en común con la célebre obra del pensador alemán Karl Marx, padre del socialismo marxista. El capitalismo no sólo se centra en las mercancías, bienes y servicios, también se apodera del alma humana. En su obra "El Capital", Marx llegaba a decir: "El capital es trabajo muerto que solo revive como los vampiros, chupando trabajo vivo, y vive tanto más cuanto más trabajo vivo chupe".
-Tu banco tiene beneficios y ¿tú despides a la gente? ¿Cómo llevas eso?
Stéphane Osmont, -llamado en realidad, Stéphane Dottelonde-, es un antiguo alto funcionario del Ministerio de Economía; es decir, sabe de lo que habla. Pero la película de Costa-Gavras también recuerda al pensamiento de uno de los mayores economistas norteamerinacos, David Korten: "Los mecanismos empleados por el capitalismo financiero para hacer dinero a partir del dinero, permiten que aquellos que tienen dinero incremetarlo en contra de la riqueza real de la sociedad sin contribuir a su producción".
-Con siete mil despidos las acciones se multiplicarían entre un 12 y 18%, con diez mil, entre un 22 y un 36%, y los accionistas estarían satisfechos. Esta reunión es para fijar mi parte de prima. Digamos que mi prima por despido.
-El banco se estaba hundiendo, teníamos que salvarlo. Había que despedir a gente para salvar miles
-No me fastidies, Marc, llevo mucho tiempo viéndolo, sangráis a la gente tres veces. Una, la bolsa quiere sangre, le localizais y hay gente que va a la calle. Dos, los sangráis como clientes. Tres, con la deuda en Europa, sangráis a los paises y por tanto, al ciudadano. Y como el trabajos, el cliente y el ciudadano son los mismos, los jodéis tres veces.
Sin embargo, se verá presionado por el reprensetante de los accionistas norteamericanos del banco Dittmar Rigule (interpretado por Gabriel Byrne), cuando accede a estafar a sus propios accionistas, a través de la compra de un banco japonés en bancarrota. Lo que arruinaría el valor del Fenix, lo que permitiría que los norteamericanos compranran la entidad bancaria a un precio de saldo.
-Las gente cree que el dinero es una herramienta, pero el dinero es el alma.
-En Europa no tenemos esa mentalidad.
-Las mentalidades cambian, Marc.
De los personajes que aparecen por la película, quisiera destacar a los ricos norteamericanos que concretan sus reuniones en yates de lujo, junto a mansiones con un cierto gusto hortera (esculturas clásicas en el jardín, como la Victoria Nikè griega); top models, en la línea de Kate Moss, muy delgadas y adictas a las drogas; y los accionistas del banco, bufando como lobos, movidos por la codicia.
-A veces es injusta y un poco cruel, cierto, pero es un juego.
-Y la gente que pierde su empleo y su vida, para enriqueceros, ¿también juegan?
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