Fotografía en el séptimo arte: Atardeceres de cine.
Los matices en la fotografía se han usado para que las películas expresen emociones; efectos lumínicos, atardeceres o amanaceres, transmitiendo nostalgia o pasión. Kurosawa, Ford, Coppola o Spielberg han recurrido al tratamiento del color, a los cielos rojos saturados de los atardeceres, gracias a la gran labor de sus directores de fotografía, a aquellos artesanos y artistas, a los que queremos hacer un sentido homenaje (como Takao Saitô, Winton C. Hoch, Vittorio Storaro, Janusz Kaminski y otros muchos), artistas poco o nada reconocidos, cuya labor como constructores estéticos de estas pinturas/ fotografías en movimiento que son las películas.
Winton C. Hoch director de fotografía de La legión invencible (John Ford) creó interesantes efectos lumínicos (atardeceres, anocheceres) mediante gelatinas amarillas y azules sobre las luces, reforzando así la evidente teatralidad de las escenas. Influído por el propio Ford, otro gran ejemplo lo encontramos en en una de mis escenas preferidas del filme Kagemusha en la que Kurosawa usa el tratamiento del color. Los cielos rojos saturados en los atardeceres, funcionando como fondo de pantalla y recortándose las siluetas de los soldados cual figuras chinas.
-Recorrimos mucho camino y casi llegamos a tomar el castillo. ¿Por qué retirarnos ahora?
-Yo he oído un rumor, dicen han matado a nuestro jefe.
-¡Eh, eh, eh, eh! ¿Qué estupidez es esa? ¡Mirad, el señor de Shinguen está allí!
Unos soldados descansando, las tropas avanzando como en un friso sobre el rojizo horizonte del atardecer y la melodiosa música. Entonces, se muestra una composición perfecta, con el falso Shinguen y su escolta, aupándose del caballo para mirar hacia atrás, hacia el castillo de Takeda Shinguen que acababan de abandonar.
Una expléndida escena que sirvió de influencia en tantas otras ocasiones, por ejemplo en el meritorio comienzo de la versión de Drácula de Bram Stoker. Quizás como homenaje e incluso como parte de una deuda hacia Kurosawa (Coppola fue uno de los productores de su filme Kagemusha), el cineasta norteamericano se sirvió de un repertorio muy artesanal para su sombras que bailan, ilusiones teatrales, marionetas o maquetas pintadas en cristal. También es elocuente, en este sentido, el vestuario diseñado por Eiko Ishioka: Los atuendos y accesorios de Drácula, como el kimono rojo de larga cola y la peluca kabuki.
Este mismo recurso del atardecer, volvería aparecer en otra película de Coppola: Apocallipsys Now. Al inicio del filme, el capitán Willard, tendido sobre la cama y mirando el ventilador de techo, se une a la de los helicópteros sobrevolando la selva y bombardeándola con napalm, mientras suena la canción de The Doors, The End.
Otras películas presentan una clara importancia de los cielos y horizontes rojizos, como por ejemplo esa gran superproducción que fue "Lo que el viento se llevó" Y terminamos nuestro pequeño repaso, con el gran peso de los atardeceres en el cine de Steven Spielberg. Veamos algunos planos en donde el sol deslumbra en la pantalla.
0 comentarios