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Mi nombre es Bogart: Homenaje a uno de los más grandes actores del cine.

Mi nombre es Bogart: Homenaje a uno de los más grandes actores del cine.

Casablanca fue considerada en su época de serie B y de hecho, está plagada de errores técnicos (nunca se respeta la posición de las manos en los cambios de plano, ni el tamaño de las sombras); fisuras en el guión, con algunas situaciones incomprensibles (la llegada del jefe nazi, sin que nadie le acompañe, en la última escena, sabiendo que le podían matar). Fallos de diversa naturaleza (por ejemplo, que tras un aguacero, Rick entre en el café con la gabardina totalmente seca) y llena de excesos, con diálogos lapidarios y poco creíbles: "¿Son cañones o los latidos de mi corazón?". La mitificación de Casablanca no se debe tanto a sus cualidades cinematográficos sino por el hecho de ser todo un icono. Una huella apoyada sobre el fenómeno Bogart.

De todos los momentos de la película, quizás sea su final el más mitificado e imitado tantas otras veces.

- Lui, esto parece ser el origen de una gran amistad.

                       

Pero de sus grandes personajes quisiera destacar sus colaboraciones con John Huston, interpretando al héroe cínico y fatalista. El cineasta supo sacar de sus adaptaciones literarias, el espíritu del derrotado. Sus personajes están a la deriva, sin comprensión, y sus vidas parecen apocadas al fracaso casi desde el comienzo.

 El ambiente de fatalidad en que se mueven sus historias tiene un punto en común, la ambición. Es el deseo, siempre frustrado, por la búsqueda de dinero, alguna joya, venganza o un legendario tesoro en forma de halcón, “del material del que están hechos los sueños”.  

- Tendrá suerte si te echan cadena perpetua, eso significaría para toda la vida. Te estaré esperando. Si te ahorcan, te recordaré siempre. 

                                

Ese ambiente de fatalidad de estos personajes ya estaban presentes en sus trabajos como guionista, anticipo de su gran Sam Spade cómo ese héroe romántico y fatalista. Sirva como ejemplo, esa obra maestra a cargo de Raoul Walsh que fue El último refugio, con un Humphrey Bogart anterior a El Halcón maltés. Pero su estilo lo definió, como nadie, en sus películas como director: El tesoro de Sierra Madre

- Vaya broma nos ha gastado Dios, la naturaleza, el destino o como quiera llamarlo.

Otro de los grandes personajes de Bogart, a los órdenes de John Huston, fue el de Charles Alnutt, el canadiense que transportaba mercancías en su viejo barco llamado The African Queen. Una interpretación por la que el actor ganó su único Oscar, para una película llena de curiosidades que luego plasmaría en imágenes, de forma apócrifa, Clint Eastwood en Cazador blanco, corazón negro. 

                          

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