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Cine europeo

Lore: Bajo las ruinas de Alemania.

Lore: Bajo las ruinas de Alemania.

El final de la guerra y de la inocencia, temas presentes en una cinematografía –principalmente europea- como base de una película alemana, dirigida por la australiana Cate Shortland. El film parte de una novela de Rachel Sheiffer que contó el relato de la Segunda Guerra Mundial, siguiendo el estilo literario de la “intrahistoria”, a través del personaje que da nombre a cada novela -Helmut, Lore y Micha-.  Con cada personaje, Sheiffer definía un momento concreto del episodio histórico, para observar cómo los acontecimientos afectaban a diferentes ciudadanos alemanes: el ascenso del nazismo, la caída del Tercer Reich y la posguerra.

 -El fhurer ha muerto, Lore.

 Culpa y confusión son los aspectos destacados en los personajes de la historia de Lore, película de la cineasta australiana Cate Shortland, quién debutase con Somersault, otro retrato sobre el fin de la adolescencia. En esta ocasión, Lore se suma a un legado cinematográfico muy europeo, con el paisaje desolador de una guerra y niños como protagonistas, con títulos como Alemania, año cero o La infancia de Ivan (Andrei Tarkovsky). Es parte de la iconografía de los fantasmas del viejo continente, a lo que se suma la visión de los derrotados. La guerra ha terminado y el III Reich acaba de caer.  Con Lore seguimos la pista a los hijos de los que iniciaron la guerra más devastadora del siglo XX, como si sus penalidades fueran la continuación de lo que crearon sus padres. En concreto son los hijos de un alto cargo de las SS, capturado por los aliados –junto a su mujer- por lo que quedarán abandonados, a su suerte.

 -Alemania está totalmente dividida. Hay una zona rusa, una zona británica, una zona francesa. Nosotros estamos en la americana. Hamburgo está en Alemania, pero ya no hay Alemania.

 Han de cruzar fronteras de un país dividido para llegar a la casa de su abuela, pero además del viaje que realizan, en donde ya no son héroes sino presas, tienen que hacer frente al descubrimiento de la mentira en la que han estado inmersos durante mucho tiempo. Por lo que Lore es, en definitiva, una película sobre una supervivencia tanto física como psicológica, a través del adolescente cuyo nombre da título a la película, como de sus hermanos. 

 Intrahistoria de la culpa.

 Ese viaje de los hijos -y no de los responsables- remite a un título clásico de la cinematográfica alemana, categoría Segunda Guerra Mundial: El puente (Die brucke, Bernard Vicky).

 -Piensa lo que usted le ha inculcado, heroísmo, Alemania, sobre todo. La victoria es segura, viva la patria. No importan los muertos, no importa ningún sacrificio.

 Pero Lore parece sumarse a una tendencia del cine alemán más reciente, deseoso de abordar ese periodo de su Historia y de comprender los resortes que movieron a unos y a otros. Así, el cine reciente alemán, ha tratado tanto  al conflicto de conciencia de un sacerdote católico —prisionero y chantajeado— “El noveno día” (Volker Schlöndorff); como los momentos finales de Hitler en el búnker berlinés —en un intento de plasmar su humanidad enfermiza— que recogió “El hundimiento” (Olivier Hirschbiegel).

-No se puede defender Berlín. Ya han muerto entre quince y veinte mil oficiales jóvenes.

-¿Es que los jóvenes no están para eso?

 Quizás la mayor preocupación de Alemania sea la juventud y cómo el nazismo transformó algo tan sagrado como la educación o la cultura; teniendo en cuenta que el país era una potencia cultural de primer orden. De ahí que muchas películas se centrasen en los jóvenes alemanes, en temas de la educación y la cultura, los ambientes universitarios, etc. En “Napola” (Dennis Gansel) se centró en las escuelas para la formación de las juventudes hitlerianas; con “Sophie Scholl: Los últimos días” se dirigía la mirada hacia la resistencia pacífica ofrecida por un grupo de universitarios; e incluso el cine alemán llegó a imaginarse la situación de una Alemania nazi, en nuestros días, a través de un experimento llevado a cabo en una clase (La ola, Denis Gansel).

 -¿Os acordáis del comienzo de la clase? ¿Qué si era posible crear un sistema totalitario en estos tiempos? Pues esto es el fascismo. Hemos hecho daño y sabe Dios lo que seríamos capaz de hacer.

 En este sentido, Lore se diferencia de todas estas citadas por que el protagonismo recae, precisamente, en la familia de los jerarcas nazis, como también el papel que juega la naturaleza en el desarrollo de la historia.

En el nombre del padre: El drama del conflicto de Irlanda del Norte.

En el nombre del padre: El drama del conflicto de Irlanda del Norte.

-Creo que deberían quitar la palabra ‘compasión’ del diccionario inglés.

En el nombre del padre, película de 1993 basada en los casos de los Cuatro de Guildford y los Siete de Maguire, fue dirigida por Jim Sheridan y con un guión adaptado por Terry  George y el propio Sheridan de la autobiografía de Gerry Conlon, Proved Innocent. Rendimos un homenaje a la película, en su veinte aniversario.

The boxer, pero sobre todo En el nombre del padre –película a la que dedicamos el siguiente artículo- fueron sus dos grandes filmes sobre el conflicto del IRA, ambos protagonizados por Daniel Day-Lewis. Nos acerca a la historia trágica de una familia irlandesa, acusada erróneamente de un atentado y de pertenencia al IRA. Los amigos y familiares del personaje interpretado por Day-Lewis fueron detenidos, encarcelados y sometidos a un duro interrogatorio, pero fue su padre quien murió en la cárcel, sin poder limpiar su buen nombre. Como señaló el propio Sheridam, "el caso real de los cuatro inocentes encarcelados me sirvió para hablar de las relaciones teñidas de paternalismo entre Gran Bretaña e Irlanda".

Película llena de matices en la que destacan sus personajes principales, el Gerry Conlon de Daniel Day-Lewis que evoluciona de un joven medio atolondrado y sin respeto por sí mismo, y Giuseppe, Pete Postlethwaite, quien borda un prodigioso trabajo de actor secundario, entre otras cosas por ser un ejemplo de apoyo entre dos artistas frente a la cámara. También sobresale porque esta relación es el núcleo de la historia. E incluso perdonamos la licencia del propio Sheridam de emparejarlos en la celda –lo que no ocurrió en la realidad- pues habríamos perdido una de las parejas cinematográficas más vibrantes de los últimos años.   Descubrimos que nos cuentan el pasado de ambos personajes, padre e hijo, sin que lo veamos, y el progreso durante más de una década de una tortuosa relación basada en la incomprensión mutua. Los gestos,  los silencios, las miradas y los reproches.

-Nunca habíamos tenido ladrones en la familia.

-Nunca habíamos tenido nada, papá.

La relación paterno-filial de ambos personajes, una de las relaciones entre padre e hijo mejor reflejadas en el cine actual, es una de las claves del éxito de la película. La ternura del padre,  que ve en la cárcel la posibilidad de ayudar a su hijo, y los reproches que le dirige en gran parte del metraje.

Más allá de la relación padre-hijo, la película también está marcada por la evolución del personaje principal, un desclasado que no era consciente de lo que estaba ocurriendo, hasta la muerte del padre que es el punto de inflexión. Sirve para comprender el final catártico de la historia, pero también es verdad que cuando se pierde al personaje de Giuseppe cambia el ritmo narrativo de la película. Los acontecimientos se agolpan para producirse la salida de la cárcel de los protagonistas (lo que importa a los personajes) pero no desde el punto de vista cinematográfico. La película se dispersa, con un ritmo muy informativo, porque los guionistas no fueron capaces de seguir el rastro del personaje cuando pierde a su protector (por llamarlo de alguna forma).

-Soy un hombre inocente, me he pasado 15 años en la cárcel por algo que no cometí. Vi morir a mi padre, por algo que no cometió.

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La presencia de una gran Emma Thompson no hace más que enriquecer una película que, con sus altibajos, resulta conmovedora y genial, junto a una docena de brillantes secundarios. Todos ellos, intérpretes  en estado de gracia,  sacan el alma de la historia real de los cuatro de Guildford, falsamente acusados de pertenecer al Ira, a mediados de los setenta.

-Gerard Patrick Conlon. Es mi obligación preguntarme en voz alta porque no ha sido acusado de traición a la corona. Un crimen que conlleva la pena de muerte por ahorcamiento. Una sentencia que no hubiera tenido reparos en aplicar.

Pero la película cae en algunas veces en la tendencia de estos directores ingleses del free cinema, la excesiva teatralidad. Los actores son tan buenos y aman tanto sus diálogos que a veces sobreactúan, lo que vemos en el actor Daniel Day Lewis en la primera confrontación en la celda, junto a su padre. Sheridam lo planifica con primeros planos y planos medios, en la que hay una interpretación excesiva;recordándome una anécdota del rodaje de Marathon Mann sobre Dustin Hoffman contada por Laurence Olivier. En una secuencia, tenía que interpretar a su personaje tras una noche de farra y el actor se presentó al set con una pinta algo inadecuada, que llamó la atención de un actor tan brittish como Olivier:

-¿Qué te pasa? ¿Has pasado una mala noche?

-No, como tengo que interpretar a alguien que lo pasa mal, me he ido de copas durante muchas horas.

- Eso te pasa por no ser actor.

Una respuesta demasiado británica de alguien que dominaba los recursos interpretativos.

La secuencia de la película y final.

-Vivía de sacar chatarra, en Belfast era un ocupación díficlil. El Ira ya me había dado tres avisos, pero todo se complicó cuando una patrulla me confundió con un tirador.

La película arranca de forma demoledora en la que vemos la catadura de los personajes principales, pero también el conflicto de la película. Por una parte, vemos el lío que crea Gerry Conlon, a su alrededor, involucrando desde a su padre al  barrio, cuando  roba materiales de los tejados de Belfast junto a un amigo,  propiciando un tiroteo y una posterior huida de los soldados británicos; mientras tanto suena el ‘Voodoo Child (Slight Return)’ de Jimi Hendrix, y el caos se apodera de Belfast.

                                

La huída de dos ladronzuelos,  por un laberinto de callejuelas y casas, con la ayuda de vecinos del barrio. Forma parte de un comienzo prodigioso con un vigor narrativo y una claridad para exponer en una secuencia vibrantemente rodada la realidad de lo que se entiende el conflicto de Irlanda del Norte. Una película más reciente, Billy Elliot, la tomaba como referencia para una secuencia, una investigación casa a casa de la policía.

Una película revisada por los cinéfilos, año tras año, uno de los mejores trabajos interpretativos del actor principal y una ocasión para reivindicar la lucha a favor de la justicia y de la paz.

Érase una vez en Anatolia: Thriller y drama con paisaje turco.

Érase una vez en Anatolia: Thriller y drama con paisaje turco.

Con dos años de retraso, llega la película que ganó hace dos años en el Festival de Cannes el Premio Especial del Jurado.

En el fragmentado mapa del cine europeo (en el que incluyo el realizado por Turquía) hay algunos temas recurrentes que de algún modo nos explican mejor quiénes somos. Resulta estimulante que encontremos el rastro de estos temas en cineastas distintos, al corfirman que existen las mismas sensibilidades en ambientes dispares. Por ejemplo, en la película se da el acercamiento al thriller y a paisaje, antes visto, por el western; pero se hace eso sin perder la autenticidad que ha trasmitido su cine.

En el film, un asesinato y la posterior búsqueda del cuerpo aparece en el planteamiento inicial, aunque no vayan a llevarse a engaños esta no es un film sobre la investigación de un asesinato. A lo largo del metraje, un grupo policial acompaña al presunto asesino que, al parecer, no recuerdo dónde enterró el cadáver de su víctima. Pero el cineasta turco abandona la atención de los policías y el fiscal, para centrarse en profundizar los traumas de unos personajes perdidos en la rutina. No estamos ante una película que sigue los patrones comerciales de Hollywood, sino nos adentramos al género desde la mano del cine de autor. Más que a Seven (por citar un título destacado, conocido por todos) se acerca mucho más a la adaptación que el húngaro Bela Tarr realizó de una historia de George Simenon "El hombre de Londres", a pesar de las grandes diferencias entre ambas. En sus películas, encontramos unos escenarios urbanos, el peso de la clase obreras, mientras que a nivel estético, el predominio del blanco y negro, unos encuadres forzados, un uso abrupto del montaje y unas larguísimas secuencias que mantienen la profundiad dramática de los personajes.

                      

Un asesinato, alma de western, road movie y drama.

La película cuenta con todos estos elementos enunciados. El título remite al género del Oeste, con esa referencia de Érase una vez el Oeste de Sergio Leone y lo cierto es que se da una importancia del paisaje en la historia y en sus personajes.

-¿A quién?

-A Melquiades Estrada, gringo hijo de puta. Tú le mataste, ahora, desentiérrale.

La película puede recordar a ese film, escrito por Guillermo Arriaga, de Los tres entierros de Melquiades Estrada, pero lo interesante del largometraje del turco Nuri Bilge Ceylan, termina siendo los recovecos del melodrama y la tragedia. El final es muy interesante, en esta línea: "Los niños pagan por los pecados de los adultos", dirá el Doctor Ceman (el personaje principal) cuando vea alejarse a la mujer y al hijo de la víctima. Sobre todo porque son muchos los personajes que sufren el drama paralelo a la historia central: el hijo enfermo del oficial de policía o la mujer del fiscal que se suicidó tras conocer la infidelidad de su marido.

                                      

                        

                         

Nuri Bilge Ceylan y Ebru Ceylan.

Al hablar de esta película sería necesario referirnos a su principal colaborador, su esposa,  Ebru Ceylan, quien co-escribe el guión del largometraje. Ella está presente en su filmografía, desde que participara con un breve papel en El lejano; más tarde, co-protagonizaron Climas, un drama romántico que contaba con aspectos reales de la pareja. Pero más importancia tendría el estilo visual, presente en aquellas películas y en el resto de su filmografía, sobre todo observando un pasado común como fotógrafos. De hecho, el paisaje turco destacaban en sus instantáneas como en sus películas. Pronto, empezaron a interesarse por elementos criminales y los dramas subyacentes de este tipo de tramas.

-Si alguien descubre el accidente en las vísperas de las elecciones, estoy perdido.


Amour: un doloroso amor a cargo de Michael Haneke.

Amour: un doloroso amor a cargo de Michael Haneke.

-"Queridos señora y señor Laurent: Verlos fue un momento bello y triste. Deseo de todo corazón que todo se arregle. Con mucho cariño, su antiguo alumno,  Alexandre". 

El amor en la senectud centra la última película, hasta el momento, del austriaco Michael Haneke, con la que obtiene su segunda Palma de Oro. De hecho, Amor es un film multipremiado que se encuentra en la parrilla de los Oscars compitiendo en la categoría de Mejor Película de Habla No Inglesa. La película sorprende por un giro en la trayectoria de un cineasta que había creado un estilo en donde el sexo y la violencia eran marcas de un controvertido director. Eso sí, mantiene algunas señas de identidad como la de mostrar una forma dolorosa e impúdica de unos personajes en su momento menos glorioso. En Amor presenta a una pareja de ancianos en en una fase de deterioro tanto físico como intelectual en las puertas de la muerte; personajes interpretados por Jean-Louis Trintignant y Emmanuelle Riva.

-No vas a estropear tu imagen, ahora que has llegado a la vejez. -Pienso cuidarme, ¿pero cuál es mi imagen?

-A veces eres un monstruo. 

Junto a ellos, destaca la hija de esta pareja de profesores de música, retirados, interpretada por sabelle Huppert, actriz que alcanzó fama por otra película de Haneke, La pianista

-Antes, al entrar, me acordé que de pequeña veía que os gustaba hacer el amor. Sentía que os amábais y que siempre estaríamos juntos.   

                   Isabelle Huppert Amour

Lo que hace de Amor una película distinta del resto de su filmografía es el tema, amable y más humano que otros títulos como Caché o Funny Game, pero otros aspectos pueden reconocerse como su importancia por la familia, el retrato de ciertos males contemporáneos como la soledad o los comportamientos extravagantes y enfermizos, con una habilidad especial para los oscuros reflejos del alma humana, que ya nos había dejado en su anterior trabajo, la sobresaliente La cinta blanca.

-Estareis de acuerdo conmigo que vuestro comportamiento no puede quedar impune, si queremos convivir respetándonos mutuamente. Así que mañana por la noche, os daré a cada uno, diez golpes de vara delante de vuestros hermanos. 

Una de sus películas más brillantes, con una elocuente explicación de los horrores del siglo XX, combinando las conciencias colectivas con las individuales.

-Pero, ¿qué te he hecho?

-¡Tu no me has hecho nada! Eres fea, no te cuidas y además te huele el aliento, ¿no es suficiente?

A pesar de que hay muchísimas películas que aún demuestran que hay buen cine y grandes historias en plena tercera edad, aún encontramos ejemplos de actores que finger otra edad, algo muy de Hollywood y de sus grandes estrellas (Harrison Ford, Sean Connery o Clint Eastwood). Pero el séptimo arte nos ha enseñado grandes amores otoñales y abuelos adorables, reflejados en la pantalla con respeto y humanidad, como la alemana El séptimo cielo, la argentina El hijo de la novia, la española Solas o la clásica En el estanque dorado. 

-Amor: Necesita distracciones de alto vuelo. Trabajo: Vuelve a estar motivada pero vaya con cuidado. Salud: Desosídexe haciendo ejercicio, recuperará el impulso. 

-No te quejes, te pasa por leer tonterías. 

                  Amor Michael Haneke

                      Amour película