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En el nombre del padre: El drama del conflicto de Irlanda del Norte.

En el nombre del padre: El drama del conflicto de Irlanda del Norte.

-Creo que deberían quitar la palabra ‘compasión’ del diccionario inglés.

En el nombre del padre, película de 1993 basada en los casos de los Cuatro de Guildford y los Siete de Maguire, fue dirigida por Jim Sheridan y con un guión adaptado por Terry  George y el propio Sheridan de la autobiografía de Gerry Conlon, Proved Innocent. Rendimos un homenaje a la película, en su veinte aniversario.

The boxer, pero sobre todo En el nombre del padre –película a la que dedicamos el siguiente artículo- fueron sus dos grandes filmes sobre el conflicto del IRA, ambos protagonizados por Daniel Day-Lewis. Nos acerca a la historia trágica de una familia irlandesa, acusada erróneamente de un atentado y de pertenencia al IRA. Los amigos y familiares del personaje interpretado por Day-Lewis fueron detenidos, encarcelados y sometidos a un duro interrogatorio, pero fue su padre quien murió en la cárcel, sin poder limpiar su buen nombre. Como señaló el propio Sheridam, "el caso real de los cuatro inocentes encarcelados me sirvió para hablar de las relaciones teñidas de paternalismo entre Gran Bretaña e Irlanda".

Película llena de matices en la que destacan sus personajes principales, el Gerry Conlon de Daniel Day-Lewis que evoluciona de un joven medio atolondrado y sin respeto por sí mismo, y Giuseppe, Pete Postlethwaite, quien borda un prodigioso trabajo de actor secundario, entre otras cosas por ser un ejemplo de apoyo entre dos artistas frente a la cámara. También sobresale porque esta relación es el núcleo de la historia. E incluso perdonamos la licencia del propio Sheridam de emparejarlos en la celda –lo que no ocurrió en la realidad- pues habríamos perdido una de las parejas cinematográficas más vibrantes de los últimos años.   Descubrimos que nos cuentan el pasado de ambos personajes, padre e hijo, sin que lo veamos, y el progreso durante más de una década de una tortuosa relación basada en la incomprensión mutua. Los gestos,  los silencios, las miradas y los reproches.

-Nunca habíamos tenido ladrones en la familia.

-Nunca habíamos tenido nada, papá.

La relación paterno-filial de ambos personajes, una de las relaciones entre padre e hijo mejor reflejadas en el cine actual, es una de las claves del éxito de la película. La ternura del padre,  que ve en la cárcel la posibilidad de ayudar a su hijo, y los reproches que le dirige en gran parte del metraje.

Más allá de la relación padre-hijo, la película también está marcada por la evolución del personaje principal, un desclasado que no era consciente de lo que estaba ocurriendo, hasta la muerte del padre que es el punto de inflexión. Sirve para comprender el final catártico de la historia, pero también es verdad que cuando se pierde al personaje de Giuseppe cambia el ritmo narrativo de la película. Los acontecimientos se agolpan para producirse la salida de la cárcel de los protagonistas (lo que importa a los personajes) pero no desde el punto de vista cinematográfico. La película se dispersa, con un ritmo muy informativo, porque los guionistas no fueron capaces de seguir el rastro del personaje cuando pierde a su protector (por llamarlo de alguna forma).

-Soy un hombre inocente, me he pasado 15 años en la cárcel por algo que no cometí. Vi morir a mi padre, por algo que no cometió.

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La presencia de una gran Emma Thompson no hace más que enriquecer una película que, con sus altibajos, resulta conmovedora y genial, junto a una docena de brillantes secundarios. Todos ellos, intérpretes  en estado de gracia,  sacan el alma de la historia real de los cuatro de Guildford, falsamente acusados de pertenecer al Ira, a mediados de los setenta.

-Gerard Patrick Conlon. Es mi obligación preguntarme en voz alta porque no ha sido acusado de traición a la corona. Un crimen que conlleva la pena de muerte por ahorcamiento. Una sentencia que no hubiera tenido reparos en aplicar.

Pero la película cae en algunas veces en la tendencia de estos directores ingleses del free cinema, la excesiva teatralidad. Los actores son tan buenos y aman tanto sus diálogos que a veces sobreactúan, lo que vemos en el actor Daniel Day Lewis en la primera confrontación en la celda, junto a su padre. Sheridam lo planifica con primeros planos y planos medios, en la que hay una interpretación excesiva;recordándome una anécdota del rodaje de Marathon Mann sobre Dustin Hoffman contada por Laurence Olivier. En una secuencia, tenía que interpretar a su personaje tras una noche de farra y el actor se presentó al set con una pinta algo inadecuada, que llamó la atención de un actor tan brittish como Olivier:

-¿Qué te pasa? ¿Has pasado una mala noche?

-No, como tengo que interpretar a alguien que lo pasa mal, me he ido de copas durante muchas horas.

- Eso te pasa por no ser actor.

Una respuesta demasiado británica de alguien que dominaba los recursos interpretativos.

La secuencia de la película y final.

-Vivía de sacar chatarra, en Belfast era un ocupación díficlil. El Ira ya me había dado tres avisos, pero todo se complicó cuando una patrulla me confundió con un tirador.

La película arranca de forma demoledora en la que vemos la catadura de los personajes principales, pero también el conflicto de la película. Por una parte, vemos el lío que crea Gerry Conlon, a su alrededor, involucrando desde a su padre al  barrio, cuando  roba materiales de los tejados de Belfast junto a un amigo,  propiciando un tiroteo y una posterior huida de los soldados británicos; mientras tanto suena el ‘Voodoo Child (Slight Return)’ de Jimi Hendrix, y el caos se apodera de Belfast.

                                

La huída de dos ladronzuelos,  por un laberinto de callejuelas y casas, con la ayuda de vecinos del barrio. Forma parte de un comienzo prodigioso con un vigor narrativo y una claridad para exponer en una secuencia vibrantemente rodada la realidad de lo que se entiende el conflicto de Irlanda del Norte. Una película más reciente, Billy Elliot, la tomaba como referencia para una secuencia, una investigación casa a casa de la policía.

Una película revisada por los cinéfilos, año tras año, uno de los mejores trabajos interpretativos del actor principal y una ocasión para reivindicar la lucha a favor de la justicia y de la paz.

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