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Travelling. Blog de cine.

Bienvenidos a Zombiland.

Bienvenidos a Zombiland.

Como existe un cine de terror movido por el miedo a las consecuencias de la Ciencia (Frankenstein) o por la subyugación sexual y el tema de la inmortalidad (Drácula), también la industrialización, el consumismo y la sociedad de masas han generado sus propios temores: el mundo cinematográfico del zombie.

 Es verdad que sus comienzos aparecieron como parte de la temática del vudú y con el despegue de la lívido sexual de la Universal, en los años treinta. La obra seminal del género correspondía a Victor Halperin, con La legión de los hombres sin alma (White zombie); cinta que surgía –no, por casualidad- en los años de la Gran Depresión. Todo un precedente de ese clásico que fue Yo anduve con un zombie (Jacques Tournert). Pronto, sin embargo, tuvieron un replanteamiento político o social, como reflejo del miedo atómico o como parte de una sociedad desquiciada, fruto de las consecuencias surgidas de la guerra.

Existe un ancestral miedo a la muerte, escribía Stephen King en su novela Salem´s Lot: “la muerte empieza cuando te alcanzan los monstruos”. El cine lo ha reflejado en una multitud de ocasiones, representándolo en la figura de psycokillers, agrupados en desnaturalizadas familias o en zombies caníbales que, momentos antes, eran familiares o amigos. Es la cotidianidad que se rompe de una manera brutal, atávica y primitiva, al observar que el hombre puede llegar a ser el peor enemigo de sí mismo.

Era la descripción introspectiva dentro de su salvajismo, con la cual George A. Romero creó todo un subgénero a base de revisitar una y otra vez la temática zombie en estado puro. En sus películas, observamos una jauría humana dispuesta a devorarse a dentelladas, mientras contempla la descomposición de los valores de un país. Desde el consumismo más abyecto propio del capitalismo a su ideología propiamente de izquierdas, Romero definió el zombie moderno en diversos filmes (La noche de los muertos vivientes, Zombie, La tierra de los muertos vivientes, etc). Conforme a las ideas del director, presentaba una serie de parábolas sobre la situación política y social de los Estados Unidos, mientras que establecía las señas de identidad del género.

 - Ya saben que estamos aquí.

 La noche de los muertos vivientes fue uno de esos films que marcaron toda una época, rodada en un sobrio banco y negro, y con una acertada puesta de escena con la que supo retratar un pequeño microcosmos humano recluido en una tétrica mansión. Sin embargo, se caracterizó por su enfoque de la seriedad, sobre todo por no tomarse el género demasiado en serio (si en El día de los muertos, mostraba la socialización de un zombie a través de la música, en The survival of dead los hacía montar a caballo).

 Influidos por el cine de Romero, se dieron aportaciones patrias bastante interesantes, como No profanar el sueño de los muertos (Jorge Grau), El espanto de la tumba (Carlos Aured) o La noche del terror (Armando Osorio), hasta llegar Rec (Paco Plaza y Jaume Balagueró) y mezclar el género con la telerrealidad.

 En clave de serie B, el género llega a dotar unos códigos a base de citar otras películas o tramas argumentales. La base primaria de estas historias se acoge al llamado survival movie, en las cuales los personajes prueban diferentes formas de salir del acoso de los zombies. Esto se integra tanto en la narración que la acción se convierte en lo esencial, ocupando la totalidad del tiempo y el espacio del relato. De hecho, la información sobre la historia y sus detalles argumentales suelen ser muy básicos. Los personajes son meras proyecciones del propio espectador, quien focaliza sus emociones no en ellos, sino en la situación tan terrible, sumergiéndose en un territorio hostil plagado de enemigos deshumanizados.

                                

 El género del cine de zombies llegó a degenerar como fórmula, con el gore, el humor y otras rarezas, así como algún que otro remake más que interesante. El amanecer de los muertos (Zack Snyder), revisión del clásico Zombie de George A. Romero, sublimaba la crítica social con uno de las más espectaculares trabajos en este sentido. Como pesadilla, hecha realidad, presentaba un cruento retrato de la transformación de una plácida vida familiar y cotidiana. Bastaría recordar esa escena inicial en la que Ana (Sarah Polley) huía de su marido e hija, convertidos en violentos muertos vivientes.

 Pero pronto se dieron cuenta de que todo esto de tripas, sangre y zombies eran un terreno ideal para el humor. Raimi, Jackson, Wright y otros muchos vieron el cine zombie en su versión más estricta, aunque sin tomárselo muy en serio. Terroríficamente muertos, Braindead, Zombie party eran de lo mejorcito en esta línea; luego llegaría el gore: Stuart Gordon, Brian Yuzna (Reanimator). Hasta alcanzar el cine de acción, más convencional: zombies histéricos y sociópatas de gatillo fácil.

 Observamos cómo, cuando este subgénero parece haber alcanzado una determinada consistencia, se contenta con abrazar las convenciones del cine comercial y el de acción hollywoodiense más prototípicos. Muchas películas se limitan a orquestar las peripecias de un grupo de supervivientes, junto a los temibles tics de los films para adolescentes. El subgénero se ha aprovechado de los propios recursos del cine de acción para explotar estas escenas en donde el ataque o la supervivencia se convierten en un parámetro en este mundo maniqueo de buenos y malos. En donde estas criaturas representan lo mortífero, lo extraño al que se debe aniquilar si se quiere sobrevivir. La taquillera pero mediocre adaptación del popular videojuego Resident Evil, es uno de los referentes en esta línea. Franquicia protagonizada por una heroína con sobradas dosis de adrenalina, enfrentada a devastadores zombies y a una gran multinacional, Umbrella Corporación.

- ¿Qué es La Colmena?

- Rancoon city, el centro urbano más próximo; la mansión, en donde os hemos encontrado, desde la cual hemos tenido acceso al tren, que nos ha traído hasta La Colmena. La Colmena, en sí, está situado bajo tierra, a bastante profundidad bajo las calles de Rancoon city. La Colmena es un complejo secreto de investigación, que dirige Umbrella Corp. y aloja a más de quinientos científicos, que viven y trabajan bajo tierra. Sus investigaciones son de vital importancia, su naturaleza es confidencial.

 Seguramente muchos quedaran defraudados al ver cómo, desde Matrix, el mundo seguía intacto. De hecho, las visiones apocalípticas se han sucedido desde entonces, con algunas versiones dentro de este subgénero. Como parte de la guerra bacteriológica, los zombies aparecen como fruto de todo tipo de experimentos y de reacciones víricas. Así surgía tanto en la saga de Resident Evil (con el T-virus), como en la superior  28 días después, en la que Danny Boyle ambientaba un cataclismo zombie en Gran Bretaña.

- Y no lo veías por la tele, sino en las calles de la ciudad, lo veíamos por la ventana. Era un virus, un virus contagioso. No hacía falta que nos lo dijeran ningún médico, se trasmitía a través de la sangre. Se intentó evacuar la ciudad, pero ya era demasiado tarde, la infección ya se había extendido.

 Al final se pretende extraer una extraña atmósfera de unas ciudades pobladas de muertos vivientes, tal vez como una certera metáfora de nuestro tiempo. El gusto por los zombies no parece terminar, como demuestra el éxito de la televisiva The walking dead (Frank Darabont). Todos deseamos una larga y sangrienta no-vida.

1 comentario

roger -

No está mal este resumen que haces de este género, aunque no es mi cine favorito.